Los agricultores y ganaderos estadounidenses no quieren el Acuerdo Transpacífico

Ya conocemos la postura de grupos ecologistas y ambientalistas, organizaciones de consumidores y sindicatos agrícolas, entre otros, sobre el TTIP (Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión). Se advierte que el Tratado de Comercio e Inversiones entre Estados Unidos y la Unión Europea va a resultar bastante desequilibrado, afectando de forma negativa a la Unión Europea, que en teoría se verá obligada a relajar regulaciones amenazando al medio ambiente, a la salud, a los derechos laborales, al bienestar animal, a la seguridad alimentaria y a otras cuestiones.

Recordemos el reciente informe publicado por Amigos de la Tierra, en él se destacaba que los más beneficiados de este tratado van a ser las corporaciones alimentarias y las granjas industriales de Estados Unidos, los productores europeos van a vivir un desastre que tendrá repercusiones en la industria alimentaria comunitaria. Por otro lado, se considera que se está sacrificando la agricultura europea a cualquier precio en favor del acuerdo del TTIP, de todo ello hablábamos aquí. Por otro lado, merece la pena recordar la filtración de documentos sobre las negociaciones del tratado, que daba a conocer Greenpeace Holanda. Los textos que en ellos aparecen, muestran que la versión oficial sobre este tratado proporcionada por la UE se aleja bastante de la realidad.

Curiosamente, los agricultores y ganaderos estadounidenses también tienen problemas con este tipo de asociaciones y manifiestan que no quieren el Acuerdo Transpacífico (TPP), se trata de otro tratado de libre comercio multilateral que se negoció discretamente hace cinco años, siendo firmado por los Gobiernos de los países negociadores en febrero de 2015. Ahora se espera que los Congresos de cada país aprueben este acuerdo que involucra a Malasia, Brunei, Singapur, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Vietnam, Canadá, Perú, Chile y México, hay que decir que otros países de Asia y de América del Sur han expresado su deseo de incorporarse a estas negociaciones.

Se considera que esos grandes beneficios anunciados con el TPP sólo los obtendrán las grandes compañías agrícolas y alimentarias, como por ejemplo como ConAgra, Hormel, Kraft-Heinz, Cargill o Tyson Foods entre otras, de hecho, han sido las que han presionado de forma agresiva para que el acuerdo llegue a buen puerto. Para los agricultores y ganaderos independientes el tratado no hará más que socavar sus intereses, hasta el punto de que se considera que van a ser sacrificados en favor del TPP, se puede decir que es algo similar a lo que se considera en Europa con el TTIP.

La semana pasada se creó una coalición formada por más de 160 organizaciones de agricultores y ganaderos que instaron al Congreso de Estados Unidos a rechazar la firma del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. Actualmente los beneficios de los cultivos y la ganadería están cayendo y los ingresos se han reducido en un 50% con respecto a años anteriores, para este colectivo, más importaciones no hacen más que empeorar la situación económica que consideran actualmente precaria para muchos agricultores y ganaderos. Se considera que sus beneficios son muy modestos, en cambio, para las grandes compañías representa una buena oportunidad para mejorar los ingresos.

Estados Unidos ha firmado, desde la década de los 90 y hasta nuestros días, acuerdos de libre comercio con 20 países y en todos los casos se han prometido beneficios para agricultores y ganaderos gracias a las exportaciones, sin embargo, estos supuestos beneficios no siempre se han materializado para estos sectores. Se cita como ejemplo que se han realizado acuerdos anteriores con China que en principio incrementarían de manera espectacular la exportación de grano y otros productos, pero las exportaciones se han mantenido estables durante los últimos 35 años. ¿Qué seguridad tienen los agricultores y ganaderos estadounidenses de que el TPP les proporcione todo lo que se promete? No vamos a profundizar en los problemas que tienen los pequeños productores estadounidenses con el Acuerdo Transpacífico, pero merece la pena realizar una comparativa con lo que está ocurriendo en Europa.

Los defensores del TPP sólo hablan de aumentar las exportaciones estadounidenses, lo mismo que hace la UE con las exportaciones comunitarias al hablar del TTIP, pero se intenta silenciar en la medida de lo posible el tema de las importaciones que competirán directamente con los productos nacionales que se producen. Como ya hemos comentado, en el caso de los productos cárnicos, el producto importado será más económico que el producido en Europa. El mercado comunitario podría verse inundado de carne estadounidense, los precios más bajos serían, posiblemente, aprovechados por las grandes cadenas de distribución favoreciendo al producto importado por proporcionar más margen de beneficios, lo que ahogaría más a los productores comunitarios.

Como ejemplo y según leemos aquí, se pueden citar los acuerdos comerciales anteriores que trajeron al mercado estadounidense una avalancha de tomates importados de México, ajo de China y cordero de Australia, esto provoca que el producto nacional deba reducir el precio para poder competir, y a quien realmente perjudica es a los productores. En definitiva, los productores estadounidenses no creen en las promesas, la razón es la trayectoria de 25 años de acuerdos con promesas incumplidas y perjuicios al sector agrícola y ganadero, por ello solicitan al Congreso estadounidense que rechace la firma de TPP.

Conociendo la situación estadounidense, merece la pena realizar comparativas con lo que ocurriría en la UE si se alcanza el acuerdo bajo las condiciones mostradas en la filtración de documentos proporcionados por Greenpeace Holanda. El TTIP (Tratado de Comercio e Inversiones) es un Caballo de Troya, si el acuerdo se lleva a cabo, pondría en la cuerda floja el precio de los productos producidos en Europa y la actual reglamentación de la UE en materia de seguridad alimentaria y otras cuestiones citadas, a pesar de que la Comisión Europea asegure que no va a cambiar nada y que no se alterará la forma en la que la Unión Europea regula y legisla.

Foto 1 | The View From Above
Foto 2 | Muffet

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