La hostelería apura el plazo para el cambio de las aceiteras rellenables

El 15 de noviembre se aprobó el Real Decreto que prohíbe las aceiteras rellenables en los restaurantes y otros servicios de hostelería, la norma entró en vigor ayer, día 1 de enero. Inicialmente el Ministro de Agricultura aseguraba que la norma entraría en vigor y no se daría ningún plazo de transición, argumentaba que los hosteleros y la restauración ya sabían que se aplicaría y le sorprendía que no empezarán a ponerla en marcha aunque no hubiera empezado el plazo de la prohibición. Posteriormente se reconsideró y se aprobó la obligación del uso de aceiteras irrellenables y de etiquetado obligatorio en los envases de aceite en el sector de hostelería, restauración y catering, dando un plazo de transición hasta el 28 de febrero.

Hoy podemos saber que la hostelería apura el plazo para el cambio de las aceiteras rellenables, el sector no aplicará la normativa hasta el día 1 de marzo. Mantienen que se trata de una medida negativa que provocará que los precios del aceite de oliva virgen extra se incrementen. Los productores de aceite niegan la subida de precios, algo difícil de creer teniendo en cuenta que se realizará una inversión en envasado y etiquetado. Parece evidente que la transición va a ser más complicada de lo que esperaba el sector del aceite, la mayoría de los establecimientos van a apurar hasta el último momento, por otro lado, los pequeños establecimientos hosteleros y bares no van a adquirir el aceite a los distribuidores, parece que prefieren comprar el aceite directamente a las grandes superficies con el fin de ahorrar costes.

El caso es que hasta el 28 de febrero vamos a seguir viendo las aceiteras rellenables en muchos establecimientos, el sector sabe que el Ministro no va a dar marcha atrás y por ello van a apurar al máximo el plazo de dos meses de moratoria o transición. A partir del 1 de marzo serán las Comunidades Autónomas las que van a tener que vigilar su cumplimiento y adoptar las medidas sancionadoras contempladas en la nueva reglamentación.

Este plazo de dos meses también debe servir para que el sector del aceite acerque el nuevo formato de envasado al sector de la hostelería y la restauración, deberá convencer de que con esta nueva norma se ganará en calidad y prestigio al acabar con el fraude. Parece que muchos establecimientos evitarán los mini botellines de aceite (similares a los que se reparten en las ferias y eventos) y se decantarán por adquirir las botellas de aceite de medio litro, consideran que ofrecer una mini botella de ración es contraproducente.

El Real Decreto 895/2013 modifica el artículo 4 que hace alusión al etiquetado y envasado del Real Decreto 1431/2003, además se ha introducido un nuevo apartado en el que se especifica quiénes deben adoptar la normativa y cómo se debe ejecutar. Por un lado, en el decreto del 2003, en el artículo 4 se especificaba ‘Etiquetado’, y ahora se ha sustituido por ‘Etiquetado y envasado’. Se introduce un nuevo apartado número 2 en el que se indica que establecimientos del sector de la hostelería y la restauración y en los servicios de catering, los aceites se pondrán a disposición de los consumidores finales en envases etiquetados y provistos de un sistema de apertura que pierda su integridad tras su primera utilización.

En el caso de que los envases sean de mayor capacidad y puedan ponerse a disposición de los consumidores más de una vez, deberán estar provistos de un sistema de protección que impida su reutilización una vez que se haya agotado su contenido original. En el B.O.E (Boletín Oficial del Estado) se dispone como fecha límite para realizar el cambio el 28 de febrero de 2014.

Como leemos en Agroinformacion, el canal HORECA no recibe de buen grado la nueva reglamentación del envase del aceite de oliva, teme la subida de precios del aceite de oliva virgen extra a pesar de que los productores lo nieguen, quizá no lo hagan durante los primeros meses, pero se puede deducir que una vez esté aplicada la normativa terminarán aumentando el precio y al final serán los consumidores quienes deban pagar.

Foto | Neff Conner

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