Cordero francés con sello de Castilla y León

De nuevo, los consumidores van a poder disfrutar de un auténtico cordero francés con sello de Castilla y León en las fiestas navideñas, este es un tema que cada año denuncia la organización ASAJA,pero que parece que cae en saco roto. Algunos consumidores comprarán cordero francés creyendo que se trata de un auténtico Lechazo de Castilla y León con la I.G.P (Indicación Geográfica Protegida), la razón es que se importan corderos del país galo y se sacrifican en los mataderos de la región, no es una práctica ilegal, aunque el hecho de colocar a las piezas el sello de la carne castellano-leonesa muestra toda la intención de engañar al consumidor.

¿Qué hay de malo?, ¿por qué no se puede identificar el cordero de origen francés?, la respuesta es obvia, se trata de un cordero cuya calidad difiere mucho de los corderos que han sido criados en la zona geográfica de la I.G.P (Segovia, León, Soria, Zamora, Burgos, Ávila, Palencia, Salamanca y Valladolid). Al ser un cordero más económico provoca que los consumidores centren en él su atención, y si además muestra el sello de Castilla y León, la venta tiene un elevado porcentaje de que se produzca. Esto provoca que los productores que han tenido tanta cura de sus animales, sean obligados a tener que comercializar su producto a un precio mucho más reducido. ASAJA vuelve a pedir a las administraciones que intensifiquen los controles de las importaciones de cordero francés para evitar que mataderos e intermediarios especulen forzando la bajada de precios del cordero autóctono.

La I.G.P especifica que el lechazo es un cordero lechal que debe ser sacrificado cuando su peso se sitúa entre los 9 y los 12 kilos, la edad de sacrificio no puede superar los 35 días, su carne debe ser muy tierna y de color blanco nacarado o rosado pálido, la grasa externa debe ser de color blanco tipo cera, sin cabeza y sin asadura su peso debe situarse entre los 4’5 kg y los 7 kg, estos son algunos de los requisitos para que sea un auténtico cordero o lechazo de Castilla y León.

Como decíamos por estas fechas el año pasado, el consumidor que desee puede comprar y disfrutar de un auténtico cordero francés, pero para eso es necesario que se identifique claramente en las etiquetas oportunas, añadiríamos además que no tendría que portar el sello de Castilla y León, que se haya sacrificado en los mataderos de la región no implica el cambio de nacionalidad o la mejora en la calidad de la carne. Por estas fechas la entrada masiva de cordero del país galo es habitual y cada año se malogra la producción y comercialización autóctona. Tal y como está la situación económica y sabiendo que nuestro tejido económico agrícola y ganadero pasan por un mal momento, es necesario hacer efectivo ese término que personalidades como Angela Merkel, aseguran que ha pasado a la historia, hablamos del proteccionismo.

El problema del cordero francés con sello de calidad crece año tras año, en el 2010 se introdujeron en nuestro país 267.831 corderos galos, en el 2011 la cifra se incrementó hasta alcanzar los 332.736 corderos, este año ya veremos a cuanto asciende la cifra. Los costos de producción suben cada año, sin embargo, los ganaderos nacionales deben comercializar sus productos a precios más económicos si quieren poder competir y dar salida a la producción, hay que tener en cuenta que casi el 60% de toda la importación de cordero francés se realiza entre los meses de noviembre y diciembre, es la invasión del producto galo y gran parte de la culpa la tiene quienes deben legislar y regularizar esta situación, al no hacerlo, intermediarios y mataderos campan a sus anchas sin que les importe el estrangulamiento de las producciones nacionales.

ASAJA, igual que muchos consumidores, es consciente de que la importación de alimentos de la Unión Europea no es un delito, pero con el sello de Castilla y León se está confundiendo al consumidor que prefiere comer una carne de calidad, a sabiendas de que está amparada por una I.G.P que la certifica. Es obligado identificar los alimentos y después que cada cual decida, en las etiquetas cárnicas debe mostrarse claramente que aunque el cordero se haya sacrificado en un matadero nacional, su origen es francés, no hay que permitir estas prácticas poco transparentes y confusas «cordero sacrificado en Castilla y León», es una reivindicación que hacemos cada año y no sólo con el cordero, muchos alimentos encubren su verdadera procedencia.

Es una pena que ASAJA cada año exija a las autoridades competentes transparencia en los procedimientos, etiquetas claras que no confundan, y que estas exigencias sean siempre desoídas, claramente se está favoreciendo al producto foráneo sin importar las consecuencias para el producto nacional. En el artículo de esta organización apuntan que los franceses tienen muy claro que deben consumir producto nacional para ayudar a su economía y nosotros debemos hacer lo propio, claro que también hacemos un apunte, del mismo modo que los cinturones se han ajustado a causa de la crisis económica, el periodo navideño no debe ser una excusa para que los ganaderos que trabajan bajo la I.G.P, incrementen el precio de una forma escandalosa.

Volviendo al tema, os invitamos a leer el post Lechazo de Castilla y León, especulación, comprobareis que la situación ya se denunciaba entonces y provocó una bajada importante de las cotizaciones del producto nacional. En fin, la situación se repite de nuevo pero a una escala posiblemente mayor, la crisis económica provoca que los consumidores nos fijemos más en el precio pasando por alto la calidad. Podéis conocer más detalles del problema a través del artículo publicado en ASAJA Castilla y León.

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