Ensalada de calabacín y parmesano

El calabacín puede resultar una verdura que no agrada a muchas personas, más por su textura al cocinarlo que por su sabor, pues éste es dulzón, suave y agradable, quizá por ello una de las recetas que más triunfan es el puré o crema de calabacín. Pero la cosa cambia, y mucho, cuando sirves el calabacín crudo, el frescor y una crujiente textura conquista desde el primer bocado. Para quien todavía no se haya atrevido con este vegetal crudo, la receta que recomendamos es esta Ensalada de calabacín y parmesano.

Tan sencilla como sabrosa, evidentemente juega mucho a favor el queso parmesano, que aporta mucho sabor con todos sus matices, así que hay que seleccionar un buen queso (si preferís otro queso del estilo también es válido). Esta receta de Ensalada de calabacín, parmesano y albahaca es una base sobre la que se pueden incorporar distintos alimentos para hacer un entrante más completo. Le va de maravilla unos piñones tostados, puedes aprovechar el ‘caviar’ o las semillas del tomate que hayas reservado al hacer otro plato con tomates en el que se hayan descartado, puedes añadir crujiente de jamón… y veremos otras posibilidades con frutos del mar.

Ingredientes (4 comensales)

  • 2 calabacines
  • c/n de queso parmesano
  • albahaca fresca
  • flor de sal picante
  • aceite de oliva virgen extra.

Elaboración

Pela los calabacines y corta los dos extremos. Con ayuda de un pelador de verduras, corta finas láminas de calabacín, como si fueran tallarines pero con toda la anchura que permita la pieza. Ve girando el calabacín para obtener las láminas de todo su contorno, cuando llegues a las semillas deja de cortar, esta parte del calabacín la puedes guardar para hacer un puré u otro guiso.

Una vez que tengas los calabacines laminados, disponlo en los platos dándoles volumen, con mucha facilidad forman hondas que proporcionan una llamativa presentación en el plato.

También con el pelador de las verduras, corta el queso parmesano, la cantidad que desees añadir a la ensalada. Reparte el queso sobre el calabacín. A continuación, condimenta ligeramente con flor de sal picante (pulsa sobre el nombre para ver cómo hacerla), en caso de no disponer de tiempo, salpimenta como haces normalmente.

Para finalizar, adereza la ensalada de calabacín generosamente con aceite de oliva virgen extra, todos pueden ir bien, pero si dispones de un aceite de la variedad arbequina, utilízalo. Reserva esta ensalada en el frigorífico hasta el momento de servir.

¡Buen provecho!

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