El impuesto de las hamburguesas

El impuesto de las hamburguesas es como se ha denominado al nuevo impuesto aprobado en Hungría, que grava sobre todos aquellos alimentos ricos en azúcar, sal, cafeína e hidratos de carbono, es un impuesto para los alimentos considerados poco saludables y su finalidad es poder mejorar la salud de los habitantes del país. Para aplicar el nuevo impuesto se ha considerado previamente el actual estado de salud de los húngaros y el índice de sobrepeso y obesidad, los resultados muestran, supuestamente, que se ha producido un incremento significativo de las enfermedades que están asociadas al consumo de los alimentos ricos en los elementos antes citados.

Por supuesto, la industria alimentaria del país no está de acuerdo con el denominado impuesto de las hamburguesas y considera que la ley es una estafa, indican que los alimentos que se comercializan no tienen efectos negativos para la salud, y que todo depende del abuso que realicen los consumidores (parece que pretenden culparles a ellos únicamente). Se considera que este impuesto va a hacer daño a una buena parte de la industria alimentaria del país, el sector alega que sus productos cumplen con las normas de seguridad establecidas y que no sobrepasan los niveles de sal, azúcar, etc. establecidos por ley. El problema del empeoramiento de salud lo achacan al estilo de vida más sedentario, y como decíamos, al abuso de determinados alimentos bajo la responsabilidad de los consumidores. Se dice que es un impuesto que lo único que pretende es engrosar las arcas del estado a costa de las empresas.

El ministro de Economía de Hungría considera que el impuesto es una medida responsable y cree en su efectividad, la razón es simple, el impuesto se aplicará a las empresas nacionales y a los consumidores, en el caso de alimentos elaborados fuera de Hungría, serán los intermediarios y distribuidores quienes deberán pagarlo. Hay que decir que no parece una ley equilibrada, según leemos en el artículo de Marketing Directo, parece ser que algunos productos típicos como la mostaza y las salsas tradicionales del país con alto contenido en sal, se salvan de ser gravadas. Por otro lado no se sabe si algunas elaboraciones típicas del país muy calóricas, como el paté o las salchichas, serán alimentos gravados.

Los productos ricos en azúcar como la bollería o los refrescos, también deberán ser gravados, parece que son pocos los alimentos y bebidas que se libran de pagar el impuesto, básicamente es una iniciativa similar a la que conocíamos en el post Bebidas azucaradas con impuestos, pero con mayor envergadura. Será el próximo día 1 de septiembre cuando el impuesto de las hamburguesas entre en vigor, hay que decir que el Gobierno ha apretado bien las tuercas siendo unos impuestos bastante elevados. Consecuencia de todo esto, ya se habla de la pérdida potencial de ingresos y aumento del paro, la oposición al Gobierno solicitó que la medida se retirase, en cambio propuso algo que sí se puede decir que es interesante, reducir los impuestos que gravan a los productos saludables como frutas y verduras, es decir, reducir el coste de los alimentos saludables para que sean más accesibles como forma de promocionar una dieta saludable.

Por otro lado se dice al Gobierno húngaro que no ha tenido en cuenta que la reducción del volumen de venta de estos alimentos afectará a las arcas del Estado y no se recaudará tanto como se espera. En este aspecto hay dos opiniones, pues también hay quien cree que el nivel de consumo apenas se reducirá y que la ley sólo servirá para mejorar la salud de las arcas del estado. La Asociación nacional de Procesadores de Alimentos (ÉFOSZ) indica que desde el año 2007 se ha mantenido una política de subida de precios de los alimentos muy elevada y el consumo ha ido reduciéndose, aseguran que aplicar el nuevo impuesto empeorará aún más la situación. Como la oposición, consideran que es más eficaz desarrollar iniciativas para promover el consumo responsable, el consumo de alimentos frescos y naturales y promover un estilo de vida saludable que aleje a los consumidores del sedentarismo.

En Marketing Directo plantean una pregunta, ¿podría ocurrir algo similar en nuestro país?, el Director General de la Asociación Española de Anunciantes declara que no se puede aplicar una ley de estas características en nuestro país y menos sabiendo que ya se ha aprobado la Ley de Nutrición y Seguridad Alimentaria y en ella no se contemplan medidas de este tipo. Una cosa es evidente, poco a poco se suman países a este tipo de medidas, recordemos por ejemplo el nuevo impuesto sobre las grasas saturadas de los alimentos en Dinamarca, en este caso también se destacaba que se trataba de una medida para recaudar fondos para las arcas del Estado.

Dinamarca aconsejaba que los Gobiernos busquen las medidas más efectivas para mejorar la alimentación de los ciudadanos de cada país, de ese modo se reducen las enfermedades asociadas al sobrepeso y la obesidad, mejora la calidad de vida y por supuesto se reduce el gasto sanitario (esto no lo mencionó), todo ello se traduce en un menor gasto en las administraciones sanitarias. El impuesto de la grasa, el impuesto de las hamburguesas, posiblemente otros países adopten este tipo de impuestos por las ventajas que conlleva, ya veremos si nuestro país termina introduciendo un impuesto similar, ¿qué opinas al respecto?

Más información | Origo (Hungría)
Foto | Dennis. Tang

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