Chirimoya sin pepitas gracia a una mutación

Hace tres años hablábamos de una investigación científica desarrollada por expertos de la estación experimental La Mayora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), para tratar de producir chirimoya sin pepitas. En este caso, los expertos trabajaban con una variedad de fruta muy similar denominada atemoya. Hoy podemos saber que un grupo de expertos españoles y estadounidenses han descubierto una variedad de chirimoya sin pepitas gracias a una mutación natural. Se trata de un gran paso que permite acelerar el proceso para producir frutas sin pepitas para que resulten más fáciles de comer.

Los investigadores han identificado el gen (denominado INO) responsable del desarrollo de las pepitas y que no está presente en la variedad Annona squamosa, fruta que pertenece al género Annona (con 110 especies distintas). La pulpa de esta fruta es blanca y su sabor es dulce, es parecida al resto de variedades que se cultivan en nuestro país, Fino de Jete, Campas, Pacica o Bonita. Gracias al descubrimiento de la variedad de chirimoya sin pepitas y a la posterior identificación del gen, la meta de producir chirimoyas comerciales sin pepitas está mucho más cerca.

El siguiente paso en los trabajos de investigación es realizar cruces entre la variedad Annona squamosa y la Annona cherimola, concretamente con las variedades más comerciales, en el caso de nuestro país, Fino de Jete, ya que es la de mayor producción. Como explican los investigadores, resulta paradójico silenciar el gen que produce las semillas, ya que la función biológica de las frutas es producir semillas para su dispersión y reproducción, en el caso del fruto mutado, éste carece de integumentos, las capas o envolturas que rodean el óvulo. Parece evidente que la ausencia de pepitas provocará un mayor contenido de pulpa, mayor contenido nutricional y mayor comodidad para disfrutar de la fruta.

En el caso de la variedad mutada, la planta produce las flores y el polen, pero el fruto se desarrolla sin pepitas, según los expertos ahora hay que cruzar el parental masculino de la Annona squamosa con la nueva herencia genética (ausencia de semillas), con las plantas femeninas de las variedades comerciales. Los cruces darán lugar a nuevas plastas productoras de chirimoya sin pepitas. Se incrementará así la lista de frutas que ya se comercializan sin pepitas, uvas o sandías son algunos ejemplos.

Pero hay que realizar una diferenciación, el trabajo que se desarrollará parte de una mutación natural y no se han utilizado las técnicas de manipulación genética para obtener el mencionado fruto. Por último, destacar que al carecer de semillas y no poder reproducirse, será necesario recurrir a las técnicas de injerto para poder desarrollar una producción. A través de la página oficial del CSIC y de la publicación científica PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) puedes conocer más detalles sobre la noticia.

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