Scones de aceite de oliva

Ya hemos preparado muchos scones, además de los que habéis visto en Gastronomía & Cía, como los Scones integrales, los Scones de queso, Scones básicos…. Uno de nuestros preferidos son los Scones de aceite de oliva, imaginamos que ya conocéis que somos más partidarios de utilizar un buen aceite de oliva virgen extra en lugar de mantequilla en las recetas en las que consideramos que puede resultar apropiado, y esta es una de ellas.

Los Scones están deliciosos, pequeños panecillos de elaboración directa, con levadura de repostería, crujientes por fuera y tiernos por dentro, se pueden hacer dulces o salados según el destino que se le quiera dar. Hoy, además de comerlos tal y como salen del horno, aún calientes (qué delicia, y con ese toque de sabor a aceite de oliva…), hemos reservado unos pocos para las mini hamburguesas que os mostraremos más tarde.

Ingredientes (16-20 uds. aprox.)

  • 260 gramos de harina floja
  • 50 gramos de azúcar (se puede reducir la cantidad)
  • 10 gramos de levadura de repostería
  • ¼ c/c de sal
  • 50 gramos de aceite de oliva virgen extra
  • 1 huevo
  • 120 gramos de leche.

Elaboración

Precalienta el horno a 185º C. Tamiza la harina y ponla en un cuenco con el azúcar, la levadura, la sal, el aceite de oliva, el huevo batido y la leche. Mezcla bien hasta obtener una masa densa, pero no maleable como otras recetas de scones que después porcionamos con cortapastas, a estos scones no se les da forma, sencillamente se deja caer una cucharada de masa sobre la bandeja del horno.

Así que cubre la bandeja o placa para hornear con una lámina de teflón, papel vegetal o silpat, vierte la masa a cucharadas dejando espacio para que no se peguen en el horno, pues crecerán un poco.

Introduce la bandeja en el horno cuando esté a la temperatura y hornea durante 15 minutos aproximadamente, hasta que los scones hayan subido y estén un poco dorados uniformemente.

Retira los scones del horno y sírvelos acompañados de lo que más te apetezca, pueden ser ingredientes dulces o salados, y como comentábamos, tomarlos solos o como acompañamiento de las comidas principales. La verdad es que están tan ricos que los querrás comer a cualquier hora.

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