Pan de kilo

Estos últimos meses no hemos hecho mucho pan, más bien cocas, colines, focaccias… el calor del verano no favorece al encendido del horno en casa, por eso teníamos muchas ganas de hacer un buen pan, sencillo pero sabroso, como este Pan de kilo que empezamos a fraguar anoche preparando la masa madre. Será el ingrediente principal de la cena de hoy, unas llescas o rebanadas de pan con tomate y jamón, un delicioso jamón ahumado de El Bierzo, por eso hemos trabajado una masa que nos ofrezca una miga compacta pero tierna y ligera.

El nombre de Pan de kilo habla por sí solo, es de verdad un kilo de pan tradicional, una hogaza artesana, sin añadidos que le ayuden a conservarse (o a deteriorarse), pero que no es necesario congelar ni comérselo todo el primer día porque durará varios (en casa de quienes coman poco pan) conservando su ternura y no sólo eso, mejorando en sabor.

Ingredientes

Masa madre

Masa de pan
  • 200 gramos de masa madre
  • 400 gramos de harina de fuerza
  • 100 gramos de harina de centeno integral
  • 310 gramos de agua
  • 10 gramos de sal
  • 8 gramos de levadura fresca de panadero.

Elaboración

La noche anterior prepara la masa madre, que tenga tiempo unas 6-8 horas para estar en plena acción, llena de burbujitas. Para ello, disuelve la levadura en un poco de agua tibia o frotándola con la yema de los dedos en la harina hasta su total disolución. Mezcla los tres ingredientes de la masa madre y cubre el recipiente con un paño, deja reposar a temperatura cálida.

Para elaborar la masa de pan, mezcla las dos harinas en el recipiente de la amasadora, incorpora la masa madre, la levadura disuelta en un poco de agua y el resto de agua, y también la sal. Amasa durante 6-8 minutos, hasta obtener una masa homogénea, elástica y algo pegajosa.

Haz una bola con la masa y ponla en un cuenco enharinado, cubre con un paño y deja fermentar durante una hora. Pasado este tiempo, vuelca la masa en la mesa de trabajo ligeramente enharinada, desgasifícala y vuelve a formar una bola creando tensión superficial. Vuelve a pasarla al recipiente para darle un segundo levado durante 45-60 minutos.

Una vez más, vuelca la masa en la mesa de trabajo y vuelve a desgasificarla, dándole de nuevo forma de bola, enharinando ligeramente la superficie y poniendo el pan sobre una bandeja de horno, aunque lo ideal para este pan es hornearlo después en una piedra que se caliente a la vez que el horno.

Cubre la masa de pan y deja levar por última vez hasta que doble su volumen, una hora más aproximadamente, recuerda que debe estar en una estancia con temperatura cálida y sin corrientes de aire. Precalienta el horno a 250º C.

Cuando introduzcas el pan en el horno, previamente pulveriza con agua o pon una bandeja en la parte baja con agua fría para crear vapor, baja la temperatura a 200º C y hornea durante 45 minutos o hasta que el pan esté dorado y la corteza crujiente. A mitad del horneado vuelve a pulverizar agua o controlar que todavía tiene en la bandeja.

Retira el pan del horno y déjalo enfriar sobre una rejilla. Seguro que será de buen provecho.

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