Qué es un trifle

Después de elaborar el postre de Melón con bizcocho al ron, recordamos una receta tradicional inglesa conocida como trifle, de ella os vamos a hablar a continuación, y en breve compartiremos también alguna receta aprovechando que de nuevo estamos horneando un bizcocho. Si os estáis preguntando qué es un trifle, primero os comentaremos que dicho término se traduce como bagatela, lo que según la RAE es una ‘cosa de poca sustancia y valor’.

Quizá el origen del trifle fuera poco sustancial, o modesto, tal vez por el uso de un bizcocho seco o pasado que se enriquece y mejora con otras elaboraciones dulces y algún licor, pero como veréis, el trifle es un postre complejo por su composición, aunque no por ello es difícil de hacer. Es además un postre muy atractivo, pues se presenta en un recipiente de cristal transparente formando capas que combinan sabores, texturas y colores, como en una verrine.

Básicamente un trifle combina bizcocho, licor, crema, fruta, mermelada de frutas, gelatina, nata… no es necesario poner una capa de cada ingrediente, de hecho, algunos son de reciente incorporación. Cuentan que el trifle data del siglo XVI (la primera referencia escrita está en el libro The Good Huswife’s Jewell de Thomas Dawson, en el año 1596), compuesto únicamente por una mezcla cremosa dulce combinada con bizcocho o galletas rotas y tal vez algún otro ingrediente. Pero evidentemente evolucionó, alrededor del siglo XVIII ya se hacían trifles como los que podemos ver a día de hoy. En ocasiones una receta que evoluciona pierde su esencia, pero también es cierto que muchas veces se consiguen mejorar.

Como postre, el trifle nos da muchísimas posibilidades, se pueden hacer más variantes que cocineros hayan, más incluso que paladares dispuestos a saborear este dulce. Empiezan las posibles variantes en la masa dulce con la que se inicia la elaboración del trifle, bizcocho, magdalenas, galletas… además, se puede poner una capa o más. A continuación se humedece con algún licor, ron, amaretto, kirsh, licor de avellana, vino dulce… aunque también se puede hacer sin alcohol, sustituyendo el licor por un zumo de frutas o un almíbar, otra opción es humedecerlo con gelatina en una proporción adecuada, y al enfriarse ofrecerá una textura particular.

La siguiente capa suele ser de fruta, puede ser fruta natural, en almíbar, confitada o mermelada de frutas. Y seguimos con una capa que aporte cremosidad, opciones hay muchas, crema pastelera, lemon curd, natillas, flan, crema de mascarpone e incluso se puede incluir gelatina o cuajada. Sobre esta capa luce bien la nata y finalmente la decoración con frutas, frutos secos o galletas desmigadas.

El recipiente utilizado habitualmente para servir el trifle es un cuenco de cristal transparente amplio (hay algunos con forma de copa gigante) siendo un postre para unos diez comensales, aunque actualmente es quizá más adecuado hacerlo en recipientes individuales para que luzca más la presentación a la hora de servirlo, pues como comentábamos, es un postre que luce mucho si se cuida la composición de ingredientes, de sus colores y de sus texturas.

El trifle es un postre ideal para cualquier época del año, aunque es habitual servirlo en Navidad, creemos que es muy apetecible en las recetas de verano, es un postre que no necesita horneado y debe reposar varias horas en el frigorífico antes de servirse para que todos los sabores se integren y se consoliden las texturas, así que la degustación de un trifle fresco en verano, siempre se agradecerá ¿verdad?

Foto | Nathan

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