Lechazo de Castilla y León, especulación

Como ya sabemos, el Lechazo de Castilla y León goza de una merecida fama de calidad, avalada por la I.G.P (Indicación Geográfica Protegida) desde hace más de 10 años. El lechazo es un cordero lechal que debe reunir determinados parámetros para que se considere como tal, peso vivo en el momento del sacrificio de entre 9 y 12 kilos, y una edad de sacrificio que no supere los 35 días.

Según la I.G.P, además de estos requisitos se deben cumplir otros para poder ampararse bajo la Indicación Geográfica Protegida “Lechazo de Castilla y León”, debe ser una carne muy tierna y su color blanco nacarado o rosado pálido, la grasa externa debe ser de color blanco tipo cera, sin cabeza y sin asadura su peso debe situarse entre los 4’5 kg y los 7 kg, si incorpora estas partes su peso oscilaría entre los 5’5 kg y los 8 kg. Quien ha probado el lechazo de Castilla y León puede atestiguar la calidad que ofrece. Pues bien, hoy hemos conocido una noticia sobre este producto que debe ser denunciada y precisa acciones de los consumidores.

Según denuncia la COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) y la UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos), el Lechazo de Castilla y León está sufriendo un hundimiento de los precios, actualmente se está cotizando a 3’75 euros el kilo, el precio ha bajado durante las últimas semanas un 20% y la causa de ello son las importaciones masivas que se están realizando desde el país vecino, Francia.

Al parecer cada año ocurre lo mismo, encontramos en las cadenas de distribución lechazo foráneo (que posiblemente no cumple unas normas y criterios como los estipulados por la I.G.P del Lechazo) adquirido por los intermediarios a precios ridículos y después comercializados a precios desorbitados y especulativos. Un ejemplo que podemos citar es el cordero lechal que ofrece Carrefour (no sabemos si es lechazo con I.G.P o foráneo), el kilo tiene un coste de 15’95 euros, si se trata de un lechazo auténtico el precio es especulativo pero a medida que avancen los días y se acerque la Navidad lo será todavía más, pero si se trata de un lechazo foráneo, parece evidente que la cotización habrá sido menor y la diferencia entre el precio en origen y destino será todavía mayor.

Lo peor es que las organizaciones mencionadas indican que los lechazos son foráneos, tienen menos calidad y además se comercializan como si procedieran de Castilla y León. En este caso hubiera sido interesante que se aportaran pruebas, ya que se trata de un hecho que puede ser denunciable ante la justicia, se trataría de un claro fraude al consumidor que desea engalanar la mesa de Navidad con auténtico lechazo de Castilla y León. COAG y UPA denuncian el etiquetado irregular, pues no se identifica la verdadera procedencia de la carne.

Lo más lamentable es que se sigue hundiendo la producción nacional, la especulación y la coacción a los sectores agroalimentarios es la tónica dominante, recordemos por ejemplo el caso de las patatas viejas, producto exportado masivamente desde Francia previo lavado de cara y ofrecidas en las cadenas de distribución con una gran imagen y unos buenos precios, pero las diferencias entre las patatas nuevas españolas y las patatas viejas francesas es muy evidente en el sabor. El resultado de este tipo de acciones provocaron el hundimiento del sector nacional, los agricultores y ganaderos no ganan para disgustos, hemos hablado de distintas crisis sufridas en todo tipo de productos, recordemos la última noticia Vía libre a los alimentos de Marruecos, parece que los esfuerzos se centran en acabar con los productores nacionales.

Volviendo al tema del Lechazo de Castilla y León, las importaciones masivas han provocado fluctuaciones significativas de mercado y ante esta situación, los ganaderos del sector ovino regional se hacen cruces y no comprenden por qué no se emprenden medidas contra este tipo de movimientos (bienvenidos al club de las denuncias). Ya lo hemos mencionado en otras ocasiones, somos los consumidores los que tenemos realmente la sartén por el mango, aunque no lo parezca, basta con exigir la etiqueta reglamentaria y comprar producto nacional, hay que apoyar a nuestro mercado.

Claro, el principal obstáculo es el precio, seguramente un lechazo de Castilla y León es más caro, aunque como hemos comprobado esto es así por los márgenes especulativos de las cadenas de distribución, recordemos que su cotización actual es de 3’75 euros el kilo. En todo caso, preferimos comprar producto nacional y si no, engalanar la mesa de Navidad con otros manjares, que las cadenas tengan que comerse sus lechazos franceses o de cualquier otro país.

En esta época del año el consumo de lechazo se incrementa y como suele ocurrir con los productos de temporada, se suben precios por inercia, ya veremos qué es lo que nos muestra el IPOD de Diciembre 2009, hasta la fecha sólo habíamos tratado el IPOD (Índice de Precios en Origen y Destino) de frutas y verduras, ahora empezaremos con el IPOD de la carne para denunciar los abusos cometidos.

No sólo hay que apoyar y reivindicar la calidad del Lechazo de Castilla y León, todos los productos nacionales de calidad deben ser apoyados y no debemos permitir que nos den gato por liebre. UPA y COAG han solicitado a las administraciones competentes que actúen ante estos hechos y que controlen que es lo que realmente se comercializa en las cadenas de distribución. Los consumidores pueden aportar su granito de arena y no comprar lechazo que no sea nacional.

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