Huevos mollet

Los huevos mollet son una de las variedades de huevos cocidos con cáscara que podemos hacer y que se diferencia del resto por el periodo de tiempo de cocción y en consecuencia, de la textura deseada en clara y yema.

A diferencia de los huevos pasados por agua, los huevos mollet tienen la clara algo más hecha, lo que permite pelarlos y servirlos en plato. También se diferencian de los huevos poché o de los huevos escalfados porque éstos últimos se cocinan sin cáscara.

El término mollet podría traducirse como mullido o blando, porque su textura es de yema semilíquida, algo más densa que la yema natural, y la clara exterior firme, aunque en capas más internas resulte algo lechosa.

Los huevos mollet son ideales para un buen desayuno, un brunch o como parte de una comida, aceptando distintos acompañamientos y salsas. Es muy fácil hacerlos obteniendo un resultado óptimo, para ello sólo necesitarás un recipiente lleno de agua que cubra los huevos, además de los ingredientes con los que quieras acompañarlos.

Para hacer los huevos mollet pon el cazo con agua al fuego, cuando empiece a hervir introduce los huevos y cuece durante cinco minutos de reloj. Pasado este tiempo refresca los huevos en agua fría para frenar la cocción y ya están listos para pelarlos y servirlos a tus comensales.

Sazónalos al gusto y acompáñalos en un desayuno con un pan casero (nosotros los hemos tomado con el pan rústico con linaza) y unas lonchas de jamón a la plancha, en un brunch con unas setas, unos calabacines o unas berenjenas a la plancha, o en una comida sobre unas patatas confitadas, un arroz… esto son algunas ideas, pero para disfrutar de unos huevos mollet hay miles.

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