Pavo de Navidad

El pavo de Navidad es una de las tradicionales recetas de Navidad, aunque especialmente se sirve en Nochebuena. Preparar un pavo de Navidad no encierra mucha complicación, aunque el hecho de que sea una comida familiar y festiva nos hace intentar innovar y ofrecer a los comensales un plato sabroso y perfecto. A través de la red podemos encontrar muchas recetas que nos muestran cómo preparan su magnífico pavo de Navidad, cada uno aplica sus trucos, sus especias favoritas, nos encanta conocer las variantes.

Sobre la tradición del pavo de Navidad, se cree que la forma de prepararlo es de origen azteca, pueblo indígena de México, la razón es que el pavo tiene orígenes americanos, de ahí que se denominara gallina de las Indias. Fueron los conquistadores españoles los que trajeron el pavo a Europa, concretamente fueron los jesuitas en el primer tercio del siglo XVI, poco a poco se extendió su degustación entre la realeza y los nobles de la época como símbolo de la exquisitez. Posteriormente se adoptó la costumbre de cocinarlo en Navidad disfrutando en la mesa de un manjar de reyes, actualmente se consume todo el año, está totalmente incorporado en nuestra dieta.

Si finalmente te has decidido a preparar el pavo navideño siguiendo la receta tradicional, será interesante que tengas en cuenta algunos de los consejos que a continuación nombramos.

Un pavo es una gran pieza que puede llegar hasta los 20 kilos de peso, aunque todo dependerá de la raza de pavo seleccionada, en los mercados podemos encontrar la raza pequeña de pavo cuyo peso no sobrepasa los 10 kilos, dependiendo de la cantidad de comensales no te resultará difícil realizar la elección, posiblemente con un pavo de raza pequeña tengas suficiente.

A pesar de que su peso no supere los 10 kilos, es una gran pieza que requiere varias horas de cocción, pero comencemos con la preparación del pavo de Navidad. Ante todo debemos asegurarnos de que presenta una carne bien limpia y libre de cualquier elemento no deseado como son los restos de plumas que casi siempre nos podemos encontrar. En nuestro caso nos hemos acostumbrado a los pavos que comercializa un pequeño productor, son algo más caros pero su sabor es fruto de la calidad de la alimentación y los cuidados que reciben, nada tiene que ver el sabor de este tipo de pavos con los que se pueden adquirir de crianza intensiva.

Para retirar los restos de plumas se pueden utilizar dos métodos, el fuego al igual que lo utilizan para eliminar los restos de pelaje de los cerdos, o las pinzas. Nosotros solemos utilizar las pinzas, pues recibimos el pavo prácticamente listo, apenas presenta algunos restos de plumas. Una vez el pavo está perfectamente aseado, deberemos rellenarlo, el relleno es bastante personal y en cada comunidad es distinta la tradición y las recetas de cocina, aunque el elemento común siempre son las especias que logran hacerlo mucho más sabroso. Hay quien prefiere comer la carne al natural horneado tal cual.

Con respecto al relleno, no debemos saturar el interior del pavo por una sencilla razón, durante la cocción tiende a hincharse y es recomendable dejar hueco para que los aromas puedan mezclarse perfectamente y garantizar una completa cocción. Una vez has rellenado el pavo, se suelen utilizar un par de métodos para taponar el relleno y evitar que pueda salirse durante la cocción y manipulación, uno sería introduciendo una cebolla a modo de tapón, aunque la opción más recomendable sería coser con hilo de cocina la oquedad.

Una de las técnicas que desde hace años empleamos para garantizar una carne tierna y jugosa tras la cocción, es sumergir el pavo en leche durante varias horas. La leche consigue darle una textura y una suavidad a la carne de pavo que llega a deshacerse en la boca.

El tiempo de cocción dependerá del volumen del pavo, para un pavo de unos 5 kilos serán necesarias unas 3 horas y para un pavo de unos 10 kilos unas 4 horas y media. Recuerda que es recomendable consumir la carne de pavo y la de cualquier ave bien cocinada a fin de evitar un riesgo de desarrollo de una toxiinfección alimentaria.

No olvides que durante la cocción es conveniente ir regando con el caldo del asado la totalidad de la carne de vez en cuando, si utilizas papel de aluminio para cubrirlo, bastará con retirarlo para ello y colocarlo de nuevo.

Con respecto al acompañamiento o guarnición del pavo navideño, las variantes son también infinitas, desde unas patatas guisadas hasta unas verduritas al dente. ¿Qué guarnición prefieres tú?

Aquí tenéis nuestra Receta de Pavo de Navidad relleno, esperamos que os guste.

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