Marron Glacé

Los Marron Glacé son las castañas glaseadas o castañas confitadas, un dulce considerado una exquisitez para las damas florentinas y venecianas del Renacimiento. Este dulce tiene sus antecedentes en las frutas confitadas de la Antigua Grecia, cuando conservaban los alimentos, como los higos, en unas ánforas con miel.

En nuestra época es muy común que se relacione el Marron Glacé con la Navidad, se sirve junto al turrón, los polvorones y otros dulces para disfrute de los comensales. Es como una buena caja de bombones, el Marrón Glacé se convierte en un suculento regalo para los golosos.

La elaboración de estas castañas glaseadas es larga y requiere mucho mimo. Se empieza pelando las castañas completamente, para lo que se pueden escaldar previamente y después se cuecen en un almíbar hecho con agua y azúcar en las mismas proporciones además de vainilla para aromatizar. Esta cocción se realiza varias veces, se cuece cinco minutos, se deja enfriar, se vuelve a cocer y así hasta obtener el Marron Glacé.

De lo que se trata es de que el fruto quede tierno, totalmente impregnado por el almíbar, el Marrón Glacé es el resultado final de este tratamiento que cuenta en su composición con un 50% de azúcar.

Pues con estas castañas confitadas se elaboran muchos postres y otros productos, como la crema de Marron Glacé con la que hemos elaborado el Flan de castañas. Esta crema la compramos con la intención de utilizarla en rellenos de galletas entre otras ideas, pero la encontramos excesivamente dulce, demasiado fuerte para consumirla tal cual (o es que somos demasiado generosos con las cantidades), en cambio en la elaboración del flan, es una delicia.

Esta crema de Marron Glacé la elabora la empresa gallega de José Posada, padre e hijo transmiten la tradición familiar en su elaboración y en la de otros productos derivados de la castaña, como el puré de castañas, las castañas asadas, los Marron al Brandy…

Nos encantará recibir vuestras sugerencias, ¿cómo tomáis la crema de Marron Glacé?

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