¿Comer despacio adelgaza?

¿Comer despacio adelgaza?, parece ser que la respuesta es ‘no’, aunque quienes nos hemos interesado por este tema sabemos que comiendo despacio y masticando bien cada bocado, nos ayuda a sentirnos saciados antes, lo que implica comer menos cantidad y mantenernos en nuestro peso.

Por eso nos sorprende un estudio que publica El Mundo después de verlo en la revista Journal of the American Dietetic Association, un estudio un tanto escueto, realizado a tan sólo 30 mujeres y que para lo único que sirve es para corroborar lo que ya sabemos.

Nuestro cerebro tarda unos veinte minutos en recibir el mensaje de que ya hemos comido suficiente, de que nos sentimos saciados. Si comemos muy rápido, no da tiempo a tener esta sensación y si lo que hay en la mesa nos gusta, no pararemos de comer. Y comiendo más de lo que nuestro organismo necesita para funcionar, ya sabemos lo que pasa, ganamos unos gramos que se pueden ir convirtiendo en kilos de más.

Pero comer despacio no sólo nos ayuda a que la cantidad de comida que ingiramos sea la justa y necesaria para saciar nuestro apetito, es mucho mejor para poder asimilar todos los nutrientes que aportan los alimentos, además de facilitar la digestión y evitar futuros problemas de salud gastrointestinal.

Para iniciarse en el hábito de comer despacio se pueden aplicar algunos trucos, por ejemplo, soltar los cubiertos cada vez que tomas un bocado, no te prepares el siguiente bocado hasta haber exprimido, triturado y tragado el primero, pero además, conviene que los bocados no nos llenen la boca.

Otro truco (que contradice ciertas recomendaciones a la hora de comer) es la de mantener conversaciones interesantes que inciten a disfrutar de la comida y de la charla a la vez, en este caso es necesario ser educado y no comer con la boca llena, así, mientras te toca hablar estarás dando tiempo a que el cerebro asimile la ingesta que se está realizando.

Es cierto que la televisión es mala compañera durante la comida, distrae y estimula a una comida acelerada, a no ser que te embobes como los niños, lo que tampoco es lo más adecuado.

El hábito de comer despacio nos permite disfrutar mucho más de los alimentos que estamos tomando, se saborean, el paladar se regala extrayendo todos los jugos, se entrena a las papilas gustativas en el reconocimiento de los sabores y comer se convierte en un verdadero placer.

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