La industria del chocolate bajo sospecha

Al parecer, la industria del chocolate se encuentra bajo sospecha, el motivo es el posible acuerdo entre algunas compañías como Nestlé, Ritter o Kraft, para acordar los precios y evitar la competencia, de este modo los consumidores serían obligados a pagar el mismo precio por determinados productos, fueran de la marca que fueran, esto es algo que atenta contra la Ley de Defensa de la Competencia y los posibles beneficios que los consumidores obtienen de ella.

No es la primera vez que Nestlé actúa de esta forma, ya en el año 1998 se inició un proceso contra Nestlé y otras tres empresas en el que la autoridad antimonopolio española las acusaba de pactar ilegalmente los precios de venta de algunos productos. La compañía fue fuertemente multada, pero la multa no fue saldada, diversos recursos han retrasado la sentencia con la intención de terminar eludiendo la multa.

Retomamos el tema principal, hasta siete compañías parecen estar implicadas en este nuevo caso de monopolio fraudulento del chocolate, de ahí que las autoridades antimonopolio hayan visitado las oficinas de las empresas en Alemania para tratar de encontrar pruebas del delito, si se confirman, las empresas podrían ser multadas con hasta un 10% de la facturación anual que realizan. Estas multas no sirven de nada si no se hacen efectivas en el acto, como esto nunca sucede, las empresas pueden presentar recursos continuamente, y posponer el pago de las sanciones.

Las sospechas sobre la manipulación de precios comenzaron cuando las compañías imputadas elevaron el precio de determinados productos al unísono, el argumento que pronuncian ante estas sospechas es que el cacao subió de precio y lógicamente se debía encarecer el precio del producto acabado. Por cierto, no todas las compañías compran el cacao al mismo productor y cada productor ofrece unas condiciones distintas a cada compañía dependiendo del volumen de compra o de la calidad del cacao.

Los consumidores, como siempre, sufrimos las tramas de las empresas, cuya única misión parece ser lucrarse más a nuestra costa, deberían reformar las leyes para que las sanciones fueran automáticamente ejecutadas, sería el modo de evitar este tipo de «complots».

Vía | BBC
Más información | Swissinfo

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