Volvemos a invitaros a elaborar natillas caseras, en esta ocasión aportándoles un toque de sabor y aroma con naranja y cardamomo, convirtiéndolas en un postre ideal para cualquier día de la semana o para cualquier comida especial. La receta de estas Natillas de naranja y cardamomo es muy fácil y es un postre muy económico, a lo que hay que sumar que se puede adaptar a una dieta de control de peso si se utilizan lácteos bajos en grasa, aunque ya sabéis que los lácteos con su grasa aportan más cremosidad a postres como las natillas, con leche desnatada también salen muy ricas.
Si habéis hecho natillas tradicionales, hacer estas natillas con naranja y cardamomo os resultará igual de fácil, simplemente hay que aromatizar con la especia y añadir zumo de naranja en sustitución de parte de leche. El resultado es una delicia, unas natillas suaves, cremosas, aromáticas, ricas, únicas.
Ingredientes (4 comensales)
- 600 gramos de leche
- 200 gramos de zumo de naranja recién exprimido
- piel de media naranja
- 4-6 vainas de cardamomo verde
- 1/2 vaina de vainilla
- 25 gramos de Maizena
- 4 yemas de huevo
- 80 gramos de azúcar.
Elaboración
Pon en un cazo la leche, reservando medio vaso para disolver la Maizena. Lava bien la piel de la naranja antes de cortarla con un pelador de vegetales (sin el albedo) para infusionarla en la leche. Haz el zumo de la naranja e incorpora los dos ingredientes al cazo.
Añade también las vainas de cardamomo que chafarás con los dedos o golpearás con la mano del mortero para romperlas un poco y que dejen más sabor, y la media vaina de vainilla. Pon el cazo a calentar a temperatura media-alta.
Pon en un cuenco las yemas de huevo y añade el azúcar, bate con las varillas hasta que se integre pero sin llegar a espumar. Añade a este recipiente la leche en la que has disuelto la Maizena y mezcla bien.
Cuando la leche rompa a hervir retírala del fuego, tápala y deja infusionar cinco minutos. Después cuela la leche con zumo de naranja y viértela lentamente y con cuidado sobre la preparación de yemas y azúcar.
Mezcla bien y vuelve a poner todo en el cazo. Cuece a fuego lento sin dejar de mover con las varillas o con la cuchara de madera (no debe hervir en ningún momento), hasta que las natillas empiecen a espesar, cuando se enfríen espesarán más.
Vierte las natillas en ramequines o en cuencos de postre y deja enfriar a temperatura ambiente. Una vez que estén frías, puedes taparlas con film transparente antes de guardarlas en el frigorífico.
Emplatado
Sirve las natillas de naranja con unos barquillos, unas galletas rotas de chocolate, o con lo que prefieras, aunque solas ya están para chuparse los dedos. ¡Buen provecho!