El riesgo de la gripe aviar en vacas lecheras y su amenaza para Europa ha pasado de ser una posibilidad teórica, a una prioridad de vigilancia extrema para la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) y para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque la EFSA ha asegurado que la probabilidad de que la cepa H5N1 (que actualmente causa estragos en Estados Unidos) cruce el océano es muy baja, los expertos advierten que el impacto potencial en el territorio de la Unión Europea sería muy grave, afectando a la sanidad animal, a la estabilidad de los mercados lácteos y a la salud pública.
El virus H5N1 se conocía por su mortalidad en varios tipos de aves, tanto domésticas como silvestres, sin embargo, lo que ha ocurrido en Estados Unidos desde principios del año 2024, supone un cambio de paradigma alarmante en el mundo de la virología, ya que el virus ha logrado infectar y propagarse entre el ganado bovino de este país. Según la OMS, esta pandemia animal muestra cómo el virus evoluciona hacia una mayor adaptación en los mamíferos.
Lo que inquieta a los investigadores es que, a medida que el virus circula por más granjas estadounidenses, se incrementa el riesgo de que aparezcan mutaciones que faciliten el contagio entre los seres humanos. Hay que recordar que hasta la fecha, se han registrado casos de trabajadores de granjas que se han infectado, y aunque los cambios detectados por los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) se consideran pequeños, la vigilancia es crucial para detectar cualquier señal de transmisión de persona a persona.
Impacto en la industria láctea por la gripe aviar: producción reducida y pérdidas millonarias
La realidad económica en las granjas estadounidenses es un espejo en el que la Unión Europea no quiere verse reflejado, recordemos que un amplio y detallado estudio de la Universidad de Cornell, cuantificó el desastre concluyendo que una sola granja lechera podía enfrentarse a pérdidas superiores al medio millón de dólares tras sufrir un brote de gripe aviar o Virus de la Influenza A Bovina, nombre propuesto por la Asociación Estadounidense de Médicos Bovinos para sustituir la designación gripe aviar en las vacas, en un intento de restar importancia a la gravedad de la situación y para que los consumidores mantengan su confianza en los alimentos derivados del ganado vacuno.
El caso es que el virus afecta la producción lechera de forma drástica, las vacas infectadas con esta cepa reducen su ingesta de alimentos y su rendimiento en la producción de leche cae hasta en un 73%. A esto hay que añadir que aunque la tasa de mortalidad en las vacas no es tan alta como en las aves, los animales sintomáticos tienen casi cuatro veces más probabilidades de ser retirados de la cadena productiva.
El dilema de la leche cruda y la seguridad alimentaria
Un problema social y sanitario es el consumo de leche cruda, ya que a pesar de que casi 14 millones de personas de Estados Unidos consumen este tipo de leche con la creencia de que es más saludable, la ciencia es contundente determinando que la leche cruda es un vector de patógenos como la Salmonella, la Listeria y ahora potencialmente el virus H5N1.
Investigaciones de la Universidad de Stanford daban a conocer un estudio en el que se concluía que el virus puede sobrevivir y mantenerse infeccioso en leche cruda refrigerada durante cinco días, e incluso si el virus muere, su material genético (ARN) se mantiene en la leche hasta 50 días, algo que complica los sistemas de vigilancia. Por el contrario, la pasteurización ha demostrado ser el escudo definitivo, eliminando por completo la carga viral y garantizando que los productos lácteos industriales sean seguros para la población.
¿Qué ocurriría si mañana se detectara el primer caso del virus H5N1 bovino en una granja europea? La entrada del virus que podría producirse de forma silenciosa por el comercio de ganado o el movimiento de equipos contaminados, desencadenaría un protocolo de emergencia en todo el continente europeo. Se producirían bloqueos comerciales y de movimiento, veríamos inmediatamente restricciones al transporte de ganado vacuno vivo, y no sólo entre los países de la Unión Europea, también entre regiones limítrofes, lo que causaría un cuello de botella logístico y un aumento inmediato y significativo de los costes operativos como los gastos en bioseguridad, mano de obra y tiempo, gestión de residuos, servicios veterinarios, logística de transporte, etc.
Se produciría una crisis de confianza, y es que a pesar de que la pasteurización es segura, el descubrimiento de las trazas de virus en el suministro comercial (como ocurrió en Estados Unidos donde 1 de cada 5 muestras de leche pasteurizada tiene trazas de gripe aviar) podría provocar una caída en el consumo de productos lácteos por temor, afectando la ya complicada viabilidad de miles de ganaderos.
Se pondría en marcha una vigilancia humana intensiva, probablemente se activaría un sistema de seguimiento para cada trabajador agrícola expuesto, a fin de contener cualquier posible salto zoonótico o proceso biológico, por el cual un patógeno que originalmente sólo afectaba a los animales, evoluciona y adquiere la capacidad de saltar e infectar a los seres humanos. También sería un desafío ambiental ya que la gestión de los residuos como la leche contaminada que debería ser desechada, se convertiría en un problema ambiental. Un vertido inadecuado de la leche contaminada en aguas residuales, podría infectar a la fauna local o generar falsas alarmas en los sistemas de vigilancia epidemiológica en las áreas urbanas.
Es por ello que la EFSA insta a los estados miembros a reforzar la vigilancia desde ya, porque se debe aprender de lo ocurrido en Estados Unidos, donde el virus ha podido propagarse a través de vacas que aparentemente estaban sanas (asintomáticas), y por esta razón, la formación de ganaderos y veterinarios para detectar caídas sutiles en la producción de leche es vital. En un mundo globalizado el riesgo de la gripe aviar en las vacas lecheras y su amenaza para Europa, es un recordatorio de que la salud animal y la salud humana están intrínsecamente conectadas. La bioseguridad no es ya una opción, es el único muro de contención contra una crisis alimentaria y sanitaria sin precedentes.
Además del artículo de la EFSA, os recomendamos leer este estudio (Pdf) en el que se ha basado la última opinión de la EFSA sobre este riesgo, y donde se analiza la situación en Estados Unidos y se determinan las posibles rutas de propagación del virus de la gripe aviar o Virus de la Influenza A Bovina.
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