Cada vez son más los científicos que piden combinar la producción de alimentos ecológica y transgénica, es decir, desarrollar alimentos transgénicos ecológicos. En esta ocasión es Gordon Conway, asesor de Departamento de Desarrollo Internacional Científico del Reino Unido, presidente y profesor de la Royal Geographical Society, quien solicita que se reconsidere, por parte de los agricultores ecológicos, la idea de combinar los beneficios que ofrecen los cultivos transgénicos y los cultivos ecológicos, es decir, el mismo modelo que proponían Pamela Ronald y Raoul Adamchak, investigadores de la Universidad Davis de California en el libro “Tomorrow´s Table: Organic Farming, Genetics, and the Future of Food” (La mesa de mañana: Agricultura biológica, la Genética y el Futuro de los Alimentos) y del que hablábamos en el post cultivar alimentos transgénicos de forma ecológica.
Recordemos otro ejemplo que también promueve el desarrollo de alimentos modificados genéticamente ecológicos, Merche de Renobales, galardonada con el VIII Premio de la Junta General y la Sociedad de Bioética por su trabajo Alimentos más sostenibles: Las semillas transgénicas en la agricultura ecológica. Poco a poco aparecen nuevas opiniones que avalan esta línea de trabajo, en el caso de Gordon Conway, sus palabras pretenden convencer a los agricultores ecológicos para que dejen al margen su “hostilidad” o prejuicios contra los transgénicos, la fusión de ambos modelos daría lugar a una agricultura más sostenible y productiva.
Parece evidente que se está hablando de una nueva revolución verde transgénica, recomendación que realizaba John Beddington, profesor de biología aplicada y gestión de recursos renovables, además de ser uno de los principales asesores científicos del Gobierno del Reino Unido, curiosamente compartiendo asesoramientos con Gordon Conway. Esta recomendación podría ser muy temerosa y más después de conocer los resultados de la denominada ‘Revolución verde’ que se realizó en la década de los 60. Los objetivos que entonces se marcaron y las promesas que se hicieron resultaron papel mojado, no se redujo el hambre o la desnutrición en los países en vías de desarrollo, y para colmo, el incremento productivo trajo consigo otras consecuencias, la reducción y extinción de diferentes variedades alimentarias al ser seleccionadas sólo aquellas más rentables y productivas, el incremento de la contaminación ambiental por el excesivo uso de pesticidas, fertilizantes, herbicidas, etc.
El caso es que Gordon Conway cree firmemente en el modelo planteado y así lo transmite a través de una entrevista en la publicación Times Online (Reino Unido), según sus palabras, aunque los agricultores ecológicos son adversarios implacables de la ingeniería genética, ésta debe ser aceptada como legítima, desterrando la “falsa” idea de que los medios naturales para producir alimentos son más seguros y respetuosos con el medio ambiente.
El profesor admite que los grupos ecologistas considerarían esta idea como una herejía o un grave error, sin embargo, asegura que la ingeniería genética permitiría obtener mejores cultivos ecológicos, habla de cultivos transgénicos ecológicos. Gordon Conway asegura que le frustra que por el momento no pueda desarrollarse este nuevo modelo de agricultura que se podría definir como herética por transgredir el concepto ecológico.
Las declaraciones de Gordon Conway llegan en un momento en el que existe una gran presión por parte de algunos investigadores para que se extienda la producción de alimentos transgénicos con el fin de garantizar la seguridad alimentaria, ya sabemos que ese es uno de los principales estandartes de quienes están a favor de los alimentos modificados genéticamente. Nuevamente se vuelve a hablar sobre cómo alimentar al mundo en 2050. Recordemos que se espera que la población mundial alcance los 9.000 millones de habitantes, y por tanto, se calcula que será necesario producir hasta un 70% más de alimentos, especialmente para abastecer a los habitantes de los países en vías de desarrollo.
Según el profesor, el mundo no puede permitirse ignorar el potencial que ofrecen los alimentos modificados genéticamente para mejorar la agricultura mundial. Por otro lado, habla del modelo de agricultura convencional y de todos los errores que se han cometido, indicando que tiene mucho que aprender de la agricultura ecológica, ya que su modelo es más saludable para el planeta al no utilizar pesticidas, herbicidas o fertilizantes químicos, merece la pena leer el post Alimentos y fertilizantes.
Finalmente destacamos su conclusión final, el profesor asegura que si queremos elegir la opción más sostenible para el planeta, es necesario utilizar las nuevas tecnologías y librarnos de prejuicios. Está convencido de que finalmente se desarrollarán alimentos transgénicos ecológicos como la opción más acertada. Como decíamos, algunos investigadores están cambiando la política mantenida hasta el momento, no será extraño que esta idea empiece a ser una tónica habitual entre los científicos. Mucho queda por hablar de este tema y demasiadas incógnitas por desvelar, ahora sólo falta que Monsanto, Bayer y las demás multinacionales biotecnológicas empiecen ha promover este nuevo modelo de agricultura… en realidad una nueva revolución verde transgénica.