Panecillos de albaricoque y almendra

Esta es la primera receta de pan que hacemos del libro Pan de Xavier Barriga, los Panecillos de albaricoque y almendra nos llamaron la atención por el toque de almendra tostada y vainilla, para probarlo solo, con ingredientes dulces como relleno y también para acompañar algunas comidas en las que apetece contrastar sabores, pues a pesar de no llevar azúcar, ya sabemos que los orejones lo endulzan.

Los Panecillos de albaricoque han volado, estaban deliciosos, aunque no ha destacado ese toque de almendra tostada que esperábamos, seguramente la próxima vez pondremos un poco más de harina tostada de almendra para potenciar su sabor, la cantidad de orejones nos ha parecido correcta. Os animamos a probar esta receta de panecillos y también que os quitéis el miedo a hacer ciertos cambios para conseguir que sea lo más próximo a la receta diez para vuestro paladar. Como propone el panadero, ¿qué tal con harina de avellana?

Ingredientes

  • 500 gramos de harina panificable
  • 10 gramos de sal
  • 300 gramos de agua
  • 10 gramos de levadura fresca
  • 50 gramos de harina de almendra tostada
  • 50 gramos de albaricoques secos (orejones)
  • unas gotas de esencia de vainilla
  • c/n de almendra laminada o picada
  • azúcar glas (opcional).

Elaboración

Prepara la masa de los panecillos, puedes hacerla a mano, es una masa muy fácil de manipular, o con la amasadora, procediendo como habitualmente para hacer las masas de pan. Pero antes, deberás preparar la harina tostada de almendra. Para ello, si no dispones de harina de almendra, tritura las almendras enteras o picadas en la Thermomix o similar. Seguidamente ponla en una sartén antiadherente y tuéstala a fuego lento, moviéndola de vez en cuando hasta que desprenda el olor a tostado y haya tomado color. Déjala enfriar.

Mezcla la harina panificable con la harina de almendra, disuelve la levadura en esta mezcla frotando con la yema de los dedos, también puedes disolverla en un poco de agua tibia. Incorpora entonces a las harinas la levadura, el agua y la sal y empieza a amasar hasta obtener una masa fina, elástica y homogénea. Cuando la masa esté casi lista, incorpora los orejones troceados para que se incorporen y distribuyan bien en toda la masa.

Haz una bola y ponla en un cuenco enharinado, cúbrela con un paño y déjala fermentar en un lugar cálido y sin corrientes de aire, una hora aproximadamente. Pasado este tiempo, vuelca la masa sobre la mesa de trabajo ligeramente enharinada y corta porciones de masa con la rasqueta de panadero (o un cuchillo), nosotros las hemos hecho de unos 60 gramos y nos han salido 12 panecillos.

Forma con cada porción de masa una bola creando tensión superficial y rebozando con almendra si lo deseas. Pon cada pieza en la bandeja del horno cubierta con una tela de cocción y cubre con el paño. Deja levar hasta que doble su volumen, una hora si la temperatura es cálida. Como veréis en las fotografías, algunos de nuestros panecillos tienen otra forma, y es que las bolas que no cabían en la bandeja del horno las hemos puesto en un molde de silicona.

Precalienta el horno a 250º C con calor arriba y abajo. Cuando la masa de los panecillos esté lista y el horno caliente, introduce la bandeja, pulveriza con agua y baja la temperatura a 210º C. Hornea los panecillos durante 15 minutos o hasta que estén dorados.

Retíralos del horno y ponlos sobre una rejilla para que se enfríen. Si lo deseas, espolvorea los Panecillos de albaricoque y almendra con azúcar glas. ¡Buen provecho!

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