Trucos de cocina: Huevos duros sin yema verde

El huevo cocido o huevo duro es un alimento que suele hacerse a menudo en los hogares, es nutritivo, saludable y suele gustar a todos, combinado con otros alimentos o sencillamente aderezado con un poco de sal y aceite de oliva virgen extra. Muchas veces, además de un ingrediente añadido, un elemento decorativo de un plato, su forma, textura y color alegran muchas ensaladas, a no ser que una mala cocción proporcione un huevo duro con la yema verde o grisácea.

El aspecto de un huevo duro con la yema rodeada de una veta verde no resulta nada agradable, da la impresión de ser un huevo viejo, aunque no es más falta de atención a la hora de cocinarlo. Nos parece tan importante hacer un huevo duro perfecto como una pasta al dente, un asado jugoso, un bizcocho esponjoso… si pensáis lo mismo, a continuación podréis leer cómo cocinar huevos duros sin yema verde.

No se debería considerar un truco de cocina el obtener huevos duros sin yema verde, pero creemos, por todo lo que hemos visto en restaurantes e incluso en algunas cocinas domésticas, que a la cocción de los huevos no se le da importancia, y no sólo se sirven huevos cocidos con la yema verde, es que además esta yema está seca, harinosa, y la clara gomosa, cuando una cocción adecuada del huevo (que sólo precisa de unos diez minutos de atención) debe ofrecer una clara fresca y jugosa, y una yema cremosa que se desliza suavemente por el paladar sin dejar esa sensación de sequedad.

El truco de cocina para conseguir un huevo duro con la yema amarilla y cremosa es tan sencillo como no excederse en el tiempo de cocción, cocerlos en agua a una temperatura inferior al punto de ebullición (100º C) y enfriarlos rápidamente en agua fría para cortar la cocción cuando estén hechos. Como os explicábamos en el post Huevo duro, no es que la coloración verde sea tóxica, ésta se forma por el contacto del azufre de la clara con el hierro de la yema, dando como resultado el sulfuro de hierro.

En resumen, para hacer un huevo cocido sin yema verde o grisácea, pon un cazo con agua a hervir. Cuando rompa el hervor reduce la temperatura e incorpora los huevos, deben cocer en el agua sin turbulencias, evitando también así parte del riesgo de que se rompa la cáscara, en ocho minutos retira los huevos del cazo y enfríalos en un recipiente con agua bien fría o bajo el chorro del grifo.

Otra opción es cocer los huevos partiendo de agua fría, así van adquiriendo temperatura lentamente. En el momento en el que el agua empieza a hervir, retira el cazo del fuego, tápalo y deja los huevos durante 10 o 12 minutos, estarán cocidos en su punto. El resultado será de un huevo cocido con una yema cremosa, amarilla y limpia. Si no eres aficionad@ a comer huevos duros como ingrediente principal, de este modo la cosa puede cambiar, están de lujo con un buen aceite de oliva virgen extra y sal.

Foto | FotoosVanRobin

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