Biotecnología, ¿buena en la medicina y mala en la alimentación?

Una investigación realizada en la Comunidad Autónoma de Andalucía nos habla de la percepción que tienen los consumidores sobre la biotecnología, buena en la medicina y mala en la alimentación es el dato más representativo. Curiosamente, la mayoría de los consumidores de esta comunidad no saben mucho de los alimentos transgénicos, los que saben qué es un alimento modificado genéticamente los rechazan y un grupo minoritario formado por jóvenes con estudios superiores y con conocimientos científicos, aseguran no tener problemas en consumirlos.

Los datos recabados en la comunidad autónoma mencionada se pueden trasladar a otras comunidades, resulta curioso saber que la mayoría de los consumidores creen que la biotecnología es buena en la medicina y mala en la alimentación. Este es el resultado del estudio titulado ‘¿Los alimentos modificados genéticamente tienen cabida en nuestros mercados?‘, que fue premiado por la Fundación Unicaja. La investigación pretende mostrar la visión que tienen los consumidores andaluces y quizá también el gran desconocimiento en torno al tema, de hecho, Macario Rodríguez, investigador del IFAPA (Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía), pone al descubierto que tres cuartas partes de la población asegura haber oído hablar de los alimentos transgénicos, pero el nivel de conocimiento sobre ellos es muy limitado.

La biotecnología aplicada a la medicina, conocida como biotecnología roja, se ve con mejores ojos, es un tema que se relaciona con la mejora de la salud y la calidad de vida. También es aceptada de buen grado la biotecnología para producir otro tipo de productos industriales (biotecnología blanca), un ejemplo que podemos citar es la patata transgénica Amflora, patata modificada genéticamente para incrementar el contenido de amilopectina, sustancia que utiliza la industria para producir almidón.

Un dato muy interesante y significativo, los consumidores aceptarían de mejor grado la biotecnología de los alimentos (biotecnología verde) si éstos ofrecieran beneficios para la salud. Hace algo más de un año, en el post ¿Cómo aceptar los alimentos transgénicos?, destacábamos un estudio en la misma línea realizado por investigadores de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), la conclusión era muy similar, los consumidores podrían ser más receptivos y aceptar los alimentos transgénicos si éstos ofrecieran algún beneficio de tipo saludable o medioambiental. Recordemos que algunos de los alimentos transgénicos conocidos y que son causa de rechazo, no ofrecen los beneficios mencionados, están sujetos exclusivamente a la rentabilidad, alimentos como la soja transgénica, el arroz transgénico LL62 o el maíz Mon 810, se han modificado genéticamente para soportar el uso de los herbicidas, plagas o enfermedades, pero no ofrecen un valor añadido saludable.

Aquellos alimentos modificados genéticamente que sí aportan un valor saludable o medioambiental son bien recibidos, un ejemplo a citar es el maíz transgénico vitamínico desarrollado por expertos de la Universidad de Lleida (Catalunya) y cuyo propósito es mejorar la calidad alimentaria de los países en vías de desarrollo con un aporte extra de vitaminas u otros nutrientes. Se reduce la desconfianza cuando se trata de un beneficio tangible, esta línea de trabajo parece contar con mayores posibilidades de éxito que la que hasta el momento se ha estado manteniendo por algunas empresas biotecnológicas. Hemos hablado de productos de agricultura, pero cuando se trata de productos animales la cosa cambia, la desconfianza es mayor, podemos poner como ejemplo el caso del salmón transgénico (biotecnología azul) y las polémicas que ha suscitado en un país como Estados Unidos, donde existen 16 cultivos transgénicos aprobados.

El estudio ‘¿Los alimentos modificados genéticamente tienen cabida en nuestros mercados?‘ es un trabajo que se presentó el año pasado y que como hemos dicho, recibió el premio de la Fundación Unicaja, también se ha realizado la edición y publicación del libro, información que hemos podido conocer por el Diario Digital Agrario. A través de un artículo de Economía Andaluza podréis acceder a la publicación segmentada por capítulos, presentación, introducción al estudio, las opiniones de los consumidores andaluces, el análisis de las preferencias de los alimentos transgénicos o las conclusiones.

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