Gelatina de jengibre

Empezamos por mostraros cómo hacer una gelatina de jengibre con la que posteriormente veremos distintas formas de aplicarla en nuestros platos. El caso es que hace un par de días nos la sirvieron en un local, del que os hablaremos en breve, acompañando un foie caramelizado.

La gelatina de jengibre era muy suave, de hecho era un producto comercial, pero como a nosotros nos gusta hacer todo lo que nuestra cocina nos permita, nos pusimos manos a la obra y hemos preparado una deliciosa gelatina de jengibre, además muy potente en sabor. A quien le guste el jengibre fresco le encantará esta gelatina, no alcanza la potencia del gari o jengibre encurtido que se sirve con el sushi, pero se acerca.

En principio la hemos preparado para acompañar platos salados, así que la combinación será con el propio picante del jengibre, el frescor que este rizoma proporciona al paladar y el dulce de un almíbar ligero en el que se ha infusionado. Si no os atrevéis a hacerlo muy potente, simplemente hay que reducir la cantidad de jengibre, de todos modos, en los platos no se pondrá gran cantidad de gelatina de jengibre.

Ingredientes

  • 220 ml. de agua
  • 110 gramos de azúcar
  • 40 gramos de raíz de jengibre fresca
  • 3 hojas de gelatina.

Elaboración

Pela el jengibre y rállalo con un rallador fino. En un cazo pon el agua con el azúcar, mezcla un poco y añade el jengibre rallado. Pon el cazo al fuego y lleva a ebullición. Cuando rompa a hervir, deja cocer un minuto y retira el cazo del fuego, deja infusionar unos minutos.

Mientras tanto, pon las hojas de gelatina en agua fría para que se hidraten, cuando estén listas, escúrrelas bien y ponlas en el almíbar de jengibre, mezcla con las varillas manuales para que se disuelva bien.

Cuela entonces el almíbar vertiéndolo en el recipiente en el que quieras que se solidifique, o sea, según la forma que le quieras dar. Puedes verter un poco en la base de unos platos de postre para hacer posteriormente unos ravioli, puedes hacer la gelatina en un recipiente cuadrado y un poco algo para después hacer unos dados… hay infinidad de formas, elige la que prefieras.

El jengibre rallado que se ha quedado en el colador no lo tires, con él hemos hecho la base de una tarta de limón y le queda de lujo.

Cuando la gelatina de jengibre se haya enfriado (según la temperatura ambiental seguirá líquida), consérvala en el frigorífico bien tapada para que solidifique, al menos unas cuatro horas.

Después ya tendrás tu gelatina de jengibre lista para acompañar un foie, una tabla de quesos, un pescado, un postre… ¿con qué te gustaría combinarla?

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