Tarta de mousse de tiramisú

Para mañana poder deleitar a los nuestros en el Día del padre con un rico postre, hemos preparado esta Tarta de mousse de tiramisú. Bueno, esta es la que hemos hecho y hemos merendado hoy, mañana tocará repetirla y mejorarla, con un bizcocho algo más fino y dos capas de mousse.

Nos gustó tanto la mousse de tiramisú que ahora debemos darla a probar a nuestros comensales y para no complicarnos mucho con el bizcocho, hemos optado por el bizcocho genovés. No es un auténtico Tiramisú, pero los sabores de esta receta de tiramisú están igualmente combinados, os animamos a probarla para ofrecer a vuestros invitados un postre que seguramente les encantará.

Ingredientes (8-10 comensales, pequeñas raciones)

Elaboración

Horas antes de hacer esta tarta deberás preparar el bizcocho genovés para que le dé tiempo a enfriarse y la mousse de tiramisú para que repose en el frigorífico un par de horas y adquiera consistencia.

Prepara también un rato antes la infusión del café soluble. Pon el agua en un cazo a calentar y cuando empiece a hervir incorpora el café, mezcla bien y retira del fuego. Endulza con el azúcar y añade el coñac. Deja enfriar por completo antes de su uso.

Corta el bizcocho con la ayuda de un cortapastas en raciones, que pueden ser cuadradas, rectangulares o redondas, como más te guste, aunque también puedes hacer la tarta entera cortando el bizcocho en dos planchas.

Empapa el bizcocho con el café con cuidado de no excederte, podría romperse al manipularlo. Pon una base de bizcocho y cúbrela con la mousse, cubre con otra placa de bizcocho y si lo deseas cubre con otra fina capa de mousse.

Teniendo la tarta preparada hasta este punto, puedes optar por congelarla y servirla semi helada (para lo que recomendamos empapar bien el bizcocho con café), o conservarla en el frigorífico hasta el momento de servir. Será justo antes de ofrecer los postres a los comensales cuando espolvorees con el cacao en polvo la superficie de la tarta.

Puedes hacer esta reja de chocolate para acompañar con la que disfrutarán también los más chocolateros, basta con fundir el chocolate negro, atemperarlo y ponerlo en una manga pastelera, dejarlo caer sobre papel vegetal o acetato realizando las formas deseadas, superponiendo unas líneas con otras. Cuando esté casi frío, puedes ponerlas alrededor de la tarta y refrigerar o congelar.

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