Palmitos

Los palmitos que nos da la palmera de la especie Euterpe edulis, también conocidos como corazón de palma o corazón de palmera, son un manjar que nos llega del noroeste argentino, Brasil o Paraguay. Los palmitos se encuentran entre la terminación del tronco y el nacimiento de las hojas de la palmera, una especie de vaina esconde los tiernos palmitos.

Nosotros los encontramos generalmente en conserva, un cilindro de color marfil, con un sabor delicado y dulce, muy suave en su textura y ligeramente crujiente. Los palmitos son ideales en ensaladas, como aperitivo o guarnición, regados con una salsa o vinagreta. También se pueden encontrar frescos, pero estos necesitan una cocción previa para ser consumidos y así eliminar su sabor amargo.

Sus valores nutritivos son muy apreciados para las dietas hipocalóricas, son casi todo agua, proporcionan muy pocas calorías y aportan hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, minerales y fibra, pero parte de estos valores se pierden al ser sometidos al tratamiento térmico de esterilización para ser enlatados.

Deben tener especial precaución a la hora de consumir palmitos en conserva las personas que padecen hipertensión u otros problemas cardiovasculares, ya que los palmitos se conservan en salmuera, por lo que su contenido en sodio se ve aumentado.

Aunque los palmitos se consideran un manjar, su consumo es objeto de protestas por parte de grupos ecologistas, y no es para menos. Hace tiempo que pensamos que deberían plantearse hacer un sucedáneo de palmitos como hacen con las anchoas por ejemplo, aunque nuestro paladar lo detectara, a estas alturas somos cada vez más los que queremos cuidar el ecosistema y el medio ambiente.

Como os comentábamos, los palmitos también se conocen como “corazón de palma o corazón de palmera” y es que deben su nombre a la entrega de su vida, la extracción de los palmitos supone la muerte de la palmera. ¿Sabéis que para obtener un kilo de palmitos son necesarias una o dos palmeras que han estado creciendo durante diez años?

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