¿Los biocombustibles no son responsables del encarecimiento de los alimentos?

Son sorprendentes las declaraciones que ha realizado la canciller alemana Angela Merkel, según sus palabras, los biocombustibles no son responsables del encarecimiento de los alimentos y responsabiliza de la subida de los precios a las nuevas políticas agrarias de los países en vías de desarrollo y a los nuevos hábitos alimenticios.

Precisamente las nuevas políticas agrarias están condicionadas a los nuevos modelos de producción, especialmente el cereal y este se suele destinar a la elaboración de biocombustible. No se puede achacar la culpa en su totalidad a estos nuevos combustibles, mucho tienen que ver también los especuladores, que según algunos analistas, son los verdaderos responsables de la nueva situación, de hecho, basta cualquier excusa para aumentar los precios de los alimentos o cualquier producto.

En cuanto a los nuevos hábitos alimenticios, pues sí, también influyen en el aumento de los precios, podemos dar un vistazo al post tendencias de futuro en el sector de la alimentación y bebidas en el mundo, en él se muestran algunas conclusiones, entre ellas los nuevos mercados emergentes de consumo y cómo influyen en la industria agroalimentaria.

En nuestra opinión se han conjugado una serie de motivos que han provocado que los alimentos se encarezcan en los últimos nueve meses hasta un 55% a nivel mundial, esta información la obteníamos a través de las declaraciones realizadas por la directora ejecutiva adjunta del Programa Mundial de Alimentos, declaraciones que nos explicaban las causas de la subida del precio de los alimentos a nivel mundial.

Estas declaraciones fueron realizadas por la canciller alemana mientras inauguraba una planta mundial de biocombustible en el país (en principio se trata de una planta que sólo utilizará como materia prima desechos vegetales, ya veremos más adelante).

Angela Merkel proporcionó algunos ejemplos con respecto a los hábitos alimenticios, el caso de la leche es bastante claro, nuevos consumidores de otros países provocan la mayor demanda y ante la imposibilidad de satisfacerla, los precios aumentan. Recordemos que para intentar paliar esta situación se planteó un aumento de la cuota de la leche en Europa, aunque por desgracia es insuficiente e irremediablemente asistiremos quizá a nuevos aumentos en el precio.

Esperemos que finalmente el G8 logre encontrar solución a un verdadero y grave problema mundial, el aumento del precio de los alimentos ya denominado «burbuja alimentaria«.

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