Un nuevo producto alimentario acaba de ser dado a conocer, se trata de un maíz transgénico vitamínico que podría ser destinado a alimentar a los habitantes de los países en vías de desarrollo cuya dieta se basa en los cereales. En octubre del año pasado conocíamos el proyecto desarrollado por expertos de la Universidad de Lleida (Catalunya) para crear nuevos cereales enriquecidos con vitaminas, el maíz transgénico vitamínico es uno de los primeros resultados.
El nuevo maíz transgénico super vitaminado contiene genes de bacterias productoras de vitaminas A, C y ácido fólico. Las mazorcas de maíz resultantes presentan un color muy anaranjado, similar al de las zanahorias, fruto del elevado nivel de betacaroteno (169 veces más que el maíz tradicional), un pigmento vegetal precursor de la vitamina A.
Ahora se procederá a la segunda parte de la investigación, los especialistas someterán al maíz a distintas pruebas para garantizar su inocuidad en la alimentación humana. Durante un periodo de dos a tres años, los investigadores alimentarán con el maíz a roedores de laboratorio y estudiarán los efectos de la alimentación en el organismo de los animales. Los expertos aclaran que el nuevo alimento no tiene nada que ver con las multinacionales biotecnológicas como pueden ser Monsanto, BASF, Novartis, etc.
El trabajo se muestra al completo con todos los resultados, sean positivos o negativos, así deberían ser todos los trabajos desarrollados por las empresas biotecnológicas, si tan buenos son sus productos, ¿por qué la mayoría de estudios se guardan celosamente y no son mostrados a toda la comunidad científica? Trabajos como este intentan mostrar que existe una biotecnología concebida para mejorar la alimentación y no el bolsillo. Los investigadores aseguran que se pueden desarrollar otros cereales transgénicos con características similares, y siempre sometidos a un exhaustivo estudio que respalde sus propiedades nutricionales y saludables.
Cuando conocíamos el estudio en octubre del año pasado, Paul Christou, uno de los investigadores responsables del estudio considerado uno de los científicos más reputados en el campo de la modificación genética, declaraba: “’Nosotros vamos a crear una planta transgénica con el fin de dar una oportunidad a las personas que se están muriendo de hambre en el mundo. No puede ser que se haga caso a grupos de ‘ecofundamentalistas’”, palabras que entonces calificábamos de duras, ya que atacaban a quienes no creen en los alimentos transgénicos.
El caso es que aún quedan dos o tres años más de trabajo y si todo sale según lo previsto, los expertos no van a comercializar el nuevo maíz transgénico vitamínico, van a distribuir de forma gratuita las semillas entre las poblaciones más desfavorecidas. Estas semillas y sus generaciones podrán ser utilizadas con total libertad por los agricultores y no tendrán ni que pagar por los derechos de propiedad, ni se deberán usar productos específicos para tratar los cultivos, como ocurre con el glifosato de los cultivos transgénicos de Monsanto.
El nuevo maíz podría mejorar la alimentación y los problemas derivados de una dieta escasa en vitaminas o minerales, según los especialistas, muchas de las enfermedades que se sufren en estos países pobres proceden de una dieta carente de los elementos citados. Ya lo hemos mencionado en varias ocasiones en Gastronomía & Cía, para nosotros existen dos tipos de biotecnología, la que busca la productividad y la rentabilidad, y la que busca mejorar la salud y reducir el efecto del hambre.
De todos modos, lo mejor es no adelantar acontecimientos y esperar a conocer los resultados finales de la investigación y si realmente las semillas serán distribuidas gratuitamente, nunca se sabe, quizá la mano de las multinacionales intenten acceder al nuevo producto.
Puedes consultar más datos sobre el estudio a través de la revista científica electrónica Proceedings of the National Academy of Sciences.
Vía | El Mundo