Durante los últimos años se ha incrementado de forma significativa la demanda de edulcorantes naturales con cero calorías, la razón es que los consumidores son más conscientes de que hay que cuidar la salud y para ello es necesario controlar el aporte calórico. Pero la mayor demanda de edulcorantes naturales está condicionada a la sostenibilidad agrícola, a cualidades de sabor indeseables como por ejemplo el regusto de la stevia, a la viabilidad comercial del producto o a la percepción de su seguridad, son varios los problemas a superar.
En el mes de abril, en la revista científica Current Opinion in Biotechnology, una investigación sugería que es factible desarrollar edulcorantes naturales con biotecnología (algo que ya se hace a escala reducida), mediante el cultivo de células vegetales o fermentación microbiana para poder satisfacer las necesidades de producción a escala comercial. Ahora, una nueva revisión realizada por investigadores de Manus Biosynthesis, empresa especializada en desarrollar ingredientes alimentarios de origen vegetal a partir de la recreación de los procesos naturales de fermentación, sugiere que las plataformas de producción biotecnológicas para el desarrollo de edulcorantes pueden ayudar a hacer frente a la demanda, a la vez que mejora la sostenibilidad.
El equipo de investigación (el mismo que ha realizado los dos estudios) explica que la limitación y riesgos unidos a la producción agrícola a gran escala, el coste asociado a la extracción y purificación de los componentes que se emplean para la elaboración del edulcorante, son dos problemas que limitan el potencial de crecimiento y desarrollo de esta industria. Por tanto determinan que es necesario que para alcanzar una producción a gran escala de edulcorantes naturales y así dejar de utilizar edulcorantes artificiales, es necesario trabajar con técnicas de fermentación y biotecnología.
Los expertos consideran que en una producción totalmente sostenible, el suministro de edulcorantes puede ser sobradamente satisfecho a través de la biotecnología, además destacan que se generarían efectos secundarios beneficiosos, la tierra se emplearía para el cultivo de productos de alto rendimiento, como por ejemplo el maíz o la caña de azúcar. De estos productos se obtendría el azúcar que podría ser convertido, a través de técnicas de fermentación microbiana, en edulcorantes naturales de alta calidad, de este modo no se dependería de las plantas que habitualmente suministran los componentes para la elaboración de los edulcorantes, como por ejemplo la stevia.
Sobre este tema hablábamos en el post sobre la biología sintética, definida como la ingeniería de sistemas biológicos con nuevas funcionalidades que no están presentes en la naturaleza. Con esta tecnología se suelen producir colorantes, edulcorantes, saborizantes u otro tipo de moléculas bioactivas que se comercializan como naturales, algo a lo que se oponen los que están en contra de los alimentos modificados genéticamente argumentando que se trata de una potente tecnología que en el ámbito alimentario no ha sido evaluada adecuadamente.
Según Jim Thomas, director de programas de investigación del Grupo ETC, grupo dedicado a la conservación y promoción de la diversidad cultural y ecológica y los derechos humanos que promueve el desarrollo de tecnologías socialmente responsables, el desarrollo sostenible, etc., la ingeniería genética es un proceso artesanal en comparación con la biología sintética. En el mencionado post citábamos a Neil Goldsmith, CEO de la compañía de biología sintética Evolva, el CEO explicaba que las levaduras ayudan a la transformación de un producto a través de la fermentación pero no están presentes en él, aseguraba que no existía ningún riesgo, siendo una tecnología totalmente segura.
Los investigadores de Manus Biosynthesis explican que el desarrollo de plataformas de producción microbiana basadas en células de plantas, pueden permitir una rápida modificación enzimática para generar los nuevos edulcorantes sin que contengan esos atributos indeseables como el regusto o el mal sabor. Los expertos argumentan que para que cualquier edulcorante natural se pueda considerar una alternativa realista al azúcar en términos de producción, es necesario desarrollar métodos biotecnológicos sostenibles como los que utilizan en la empresa.
Organizaciones como Amigos de la Tierra, llevan a cabo una campaña para presionar a la FDA para que defina con claridad lo que significa fermentación, también quiere que se identifiquen en las etiquetas alimentarias aquellos productos que contienen ingredientes que se han desarrollado con biotecnología sintética, consideran que los consumidores tienen derecho a saberlo. Amigos de la Tierra explica que no existe un sistema de evaluación internacional y es necesario poder contar con herramientas que puedan certificar la seguridad de estas nuevas tecnologías.
De momento, estas empresas trabajan en el desarrollo de edulcorantes y otros productos que son comercializados como naturales, de nuevo aparece el término ‘natural’ atribuido de forma errónea según explican algunas organizaciones e investigadores, mientras la FDA sigue sin definir el término ‘natural’.