Wabi-Sabi. Taberna japonesa

Wabi-sabi es un término compuesto japonés que define una corriente estética que combina el minimalismo con la calidez de los objetos que proceden de la naturaleza, creando ambientes de simpleza rústica. Un ambiente así nos encontramos en la Taberna Japonesa Wabi-Sabi de Valladolid, el último proyecto de los hermanos Javier y Antonio González, propietarios del Restaurante Los Zagales, junto a Mariola López, gerente de Makisu-Sushi.

Para crear este ambiente contaron con la interiorista Sandra Tarruella, que ha convertido a Wabi-Sabi es un espacio bastante espectacular por su estética y cuidados detalles, ciertamente dominado por el minimalismo y la transmisión de calidez. Es un local cómodo, amplio, en el que se encuentra la intimidad deseada a pesar de que un área se compone de bancos corridos, otra dispone de mesas amplias y bancos bastante unidos. De noche, la luz es tenue, la necesaria para compartir la velada con quien te acompaña en la mesa.

El mobiliario varía en formas, las paredes son de distintos colores y materiales (una de ellas está revestida con los zapatos de madera de la geishas), cortinas de variados estampados… la armonía está en la belleza de la imperfección de las cosas, otra de las filosofías que se extrae de los términos wabi-sabi (wabi se interpretaría como la cualidad imperfecta de cualquier objeto y sabi como el aspecto de imperfecta fiabilidad o limitada mortalidad de cualquier objeto).

Hablamos del restaurante, que se encuentra en la planta baja del local vallisoletano, pero en la planta de acceso está la taberna o bar para tapear. La idea era aunar la tradición de los bares de Valladolid para tomar pinchos, y la gastronomía japonesa. Así, en el bar se puede disfrutar de la cocina japonesa, los pinchos y las tapas de forma más informal, en la barra y en las pequeñas mesas, con vistas a la calle, pero seguramente gana atención el puesto del sushi-man.

Conocimos el Restaurante Wabi-Sabi el pasado mes de junio, cuando estuvimos en Valladolid con motivo del Concurso Provincial de Pinchos, era uno de los establecimientos participantes, por lo que tuvimos que visitarlo y degustar su propuesta para el certamen, pues como sabéis formamos parte del jurado. Y nos gustó, a nosotros y a todos los miembros del jurado, pues obtuvo el Pincho de Plata con su ‘Bur-Gheisa-Tún’, una hamburguesa de atún, pan de algas y calabaza.

El pasado mes de noviembre volvimos a Valladolid y aprovechamos para ir a cenar a la Taberna Japonesa para conocer más platos de su carta. Está bien ideada y surtida, hay que tener en cuenta que Valladolid no es una plaza sencilla para introducir una gastronomía tan diferente, pero están sabiendo acercarla a todos los públicos con platos sabrosos y bien ejecutados, de ello se encarga Jorge Lezcano, jefe de cocina de Wabi-Sabi.

Nosotros nos dejamos guiar, solicitamos una degustación de platos no muy extensa, pues era el tercer día que estábamos en Valladolid y ya sabéis lo que nos gusta comer en esta ciudad. Además, tenemos temporalmente (y parcialmente) una restricción alimentaria, por lo que no podíamos elegir ciertos platos de pescado.

Empezamos con una ensalada de algas, Goma wakame, rica, bien aderezada, pronunciado el sabor del sésamo por su aceite, como a nosotros nos gusta. El servicio fue el del bol que veis en la foto para compartir.

Continuamos con unas Gyozas (seis piezas), en este caso las empanadillas estaban rellenas de pollo y verduras. Estaban jugosas, la pasta excelente, pero se aderezaban con una salsa teriyaki con mucho sabor a caramelo.

Para continuar, nos sirvieron otro plato con pollo como ingrediente principal, seis piezas de Tori Karaage, delicioso. Se trata de pollo frito al estilo japonés, previamente ha estado macerando en soja, ajo y jengibre. Además se acompaña de una salsa cremosa, ligeramente ácida y picante. Muy pronto haremos karaage en casa y compartiremos la receta.

No podíamos terminar sin probar el sushi, nos sirvieron un Sushi moriawase con 12 piezas entre las que había hosomakis, uramakis, makis (de pez mantequilla y huevas de pez volador) y nigiris (deliciosos, de sepia y trufa). La pega la encontramos en el wasabi, demasiado suave.

Terminamos con el postre, un helado de sésamo negro, muy rico, pero no es de elaboración propia.

Los precios de la carta están bastante bien, esta cena nos salió por unos 50 euros (25 euros por persona). Si os apetece visitar Wabi-Sabi, la Taberna Japonesa de Valladolid, quizá queréis conocer primero su oferta, pues en su página web encontráis todos los platos, menús y pinchos que ofrecen con sus precios.

Wabi-Sabi
C/ Comedias (esquina Plaza Martí y Monsó)
Valladolid
www.tabernawabisabi.com/

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