Hoy Cocinas Tú: Tarta de queso y lima con galleta de jengibre

Si creíais que habíais probado todas las tartas de queso, olvidaos, hay muchas variantes de las que disfrutar, por ejemplo la que comparte con nosotros Roberto, autor del blog Disfrutando de la Comida, se trata de una Tarta de queso y lima con galleta de jengibre. Como veréis a continuación, es una receta con bastante elaboración pero muy fácil de ejecutar.

Roberto explica el paso a paso de su receta de tarta de queso animando a todos los lectores a que la prueben, y como veis, la presentación es estupenda, seguro que con ella podemos dejar muy contentos a nuestros invitados en cualquier ocasión, y ahora que se acercan las fiestas, puede ser un buen postre de Navidad, pues además de resultar refrescante por el toque de lima y jengibre, es más ligera que otras tartas por el uso de requesón, que tiene menos contenido en grasa que otros quesos.

Ingredientes

Para la tarta de queso
  • 375 gramos de requesón
  • 125 gramos de azúcar
  • 140 gramos de zumo de lima
  • 350 gramos de nata semimontada
  • 6 hojas de gelatina
  • ralladura de las limas.

Para la galleta de jengibre
  • 150 gramos de azúcar moreno
  • 150 gramos de mantequilla
  • 150 gramos de harina
  • 150 gramos de almendra molida
  • 15 gramos de jengibre rallado
  • una pizca de sal.

Para decorar
  • 75 gramos de chocolate blanco
  • 1/2 lima
  • nueces
  • pistachos
  • sirope de lima.

Elaboración

Empezaremos haciendo una infusión en frío con la nata y la ralladura de las limas, yo he usado 5 limas que son las que he necesitado para completar los 140 gramos de zumo, pero dependerá del tamaño de las limas. Se puede reducir la cantidad de ralladura que queramos incorporar a la nata, pero a mi me encanta el aroma que desprende la piel de la lima, ya que aporta un sabor cítrico muy agradable y no es nada ácido. Si queremos que la tarta sea mas ácida bastará con subir la proporción de zumo de lima.

Dejamos la nata y la ralladura de las limas infusionando en un bol bien tapado con papel film y lo ponemos en el frigorífico durante 24 horas. Al día siguiente veremos que al destapar el bol la nata emite un agradable olor, colamos para retirar la ralladura, semimontamos la nata y guardamos en la nevera para que no se baje. Hidratamos las hojas de gelatina en agua muy fría, mientras se hidratan batimos el queso con el azúcar con ayuda de las varillas hasta que quede cremoso, ahora vamos añadiendo el zumo de lima poco a poco y sin dejar de batir, ponemos un poco y batimos hasta que se integre bien en la mezcla, después añadimos otro poco y batimos, así hasta añadir todo el zumo de lima.

Escurrimos bien las hojas de gelatina y las calentamos ligeramente en el microondas (en posición de descongelado, que es la mas suave) hasta que se fundan, bastarán de 5 a 10 segundos. Añadimos la gelatina al bol y mezclamos bien. Sacamos la nata de la nevera y la vamos incorporando poco a poco a la mezcla con movimientos envolventes, esta vez usaremos una lengua o espátula para mezclar, ya que no queremos quitarle aire a la mezcla, queremos que quede esponjosa.

Guiados por un molde (tipo aro) cuadrado metálico de 20×20 cm y 4 cm de alto, cortamos un trozo de papel de guitarra más grande que el molde y colocamos éste sobre el papel. Para hacer la decoración de la hoja hay que introducir un molde de silicona con forma de hoja en el fondo en uno de los laterales, ahora introducimos la mezcla en el interior del molde con cuidado de que no se nos mueva el molde de silicona, repartimos bien y alisamos la superficie. Cubrimos con otro trozo de papel de guitarra y congelamos durante un mínimo de 4 horas (yo la he dejado de un día para otro). Al congelar la tarta, será mas fácil desmoldarla y poderla colocar encima de la galleta.

Preparamos la galleta de jengibre, mezclamos todos los ingredientes hasta formar una bola, la cubrimos con film y la dejamos reposar en el frigorífico durante dos horas para que se endurezca. Cogemos un aro o molde cuadrado metálico de 25×25 cm, cortamos un trozo de papel de horno más grande y colocamos el molde encima, sacamos la masa de la nevera y la rallamos dentro del aro procurando que quede todo bien cubierto. Horneamos a 160º C durante 20 minutos. Dejamos enfriar.

Mientras, troceamos el chocolate blanco, lo fundimos a 40º C y lo atemperamos, vertemos tres cuartas partes del total sobre un mármol frío hasta que alcance los 24º C de temperatura, removiendo con la espátula para acelerar el proceso, unimos con el resto de cobertura para que alcance los 28º C de temperatura de templado. Una vez templado lo extendemos con ayuda de la espátula sobre una hoja de papel de acetato, esperamos unos instantes para que solidifique un poco y cortamos 12 placas de 5 cm de largo y 3 cm de alto, que serán las placas de los laterales de la tarta, ahora cortamos una placa de 10 cm de largo y 3 cm de alto que será la placa de la parte superior. Esperamos a que se endurezca por completo.

Sacamos la tarta de queso del congelador y desmoldamos, colocamos la tarta encima de la galleta intentando que quede centrada y con la cara que tiene la hoja hacia arriba, retiramos el molde de la hoja con cuidado. Ahora colocamos las placas de chocolate en los laterales, colocamos tres placas en cada cara, dos de ellas van justo en la esquina de cada cara y la del medio la colocamos centrada. Ahora colocamos la placa de la parte superior en la cara opuesta de la hoja, vertemos un hilo de sirope de lima a lo largo de la tarta pasando por encima de la placa de chocolate, colocamos dos gajos de lima encima, un trozo de nuez y espolvoreamos unos pistachos troceados.

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