Pasta de tomate picante

Después de hablaros de la pasta de tomate o concentrado de tomate, hemos pensado que os gustaría conocer una receta que elaboramos para tener un producto similar a nuestro gusto, y que utilizamos también como base de algunos guisos, como cobertura de pizza, para dar un toque a carnes, pescados, pasta… es la Pasta de tomate picante. Si os gustó el pesto rojo y queréis algo del estilo pero muy picante, probadla.

Para elaborar la receta utilizamos tomates secos, e incorporamos ingredientes aromáticos y muy interesantes por su aportación en el sabor, como el jengibre, el ajo o las hierbas aromáticas. Esta pasta de tomate picante la conservamos normalmente durante unos diez días en un recipiente, cubriendo con aceite de oliva virgen extra, en el frigorífico. Decir que a veces es este mojo picante el que inspira la creación de un plato para poder disfrutarla.

Ingredientes

  • 80 gramos de tomate seco
  • 12 gramos de raíz de jengibre fresca
  • 1 diente de ajo
  • 7 gramos de salsa harissa (se puede poner menos, así resulta bastante picante)
  • 3 ramitas de cilantro fresco
  • 4-5 hojas de albahaca fresca
  • 1/2 c/p de pimienta negra
  • sal (al gusto)
  • 30 gramos de aceite de oliva virgen extra
  • 50 gramos de agua.

Elaboración

Con unas horas de antelación, pon los tomates secos en agua para que se rehidraten, primero lávalos y después ponlos en un recipiente con agua. Cuando estén rehidratados, escúrrelos y reserva el agua para ir añadiendo según necesite la pasta de tomate. Recordar que la cantidad de agua es variable según la textura de la pasta que deseemos y la rehidratación de los tomates.

Pon los tomates en el vaso de la batidora. Pela el jengibre y el ajo, trocéalos e incorpóralos al recipiente, añade también el cilantro y la albahaca picadas, la salsa harissa, la pimienta y la sal. Añade finalmente el aceite de oliva y un poco de agua.

Tritura con la batidora y ve añadiendo agua del remojo de los tomates según precise, pero muy poco a poco, es más fácil añadir que quitar. Prueba la pasta por si es necesario rectificar de algún ingrediente.

Una vez que tengas la pasta de tomate picante al gusto, pásala a un recipiente con tapa hermética y cubre con una fina capa de aceite de oliva virgen extra. Reserva en el frigorífico y dispón de ella para tus recetas cuando precises.

Esperamos que os guste.

Artículos relacionados